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CRÍTICA: Transcendence (2014)

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Título original: ‘Transcendence’. Año: 2014. Duración: 119 min. País: Estados Unidos. Director: Wally Pfister. Guión: Jack Paglen. Fotografía: Jess Hall. Música: Mychael Danna. Reparto: Johnny Depp, Rebecca Hall, Paul Bettany, Kate Mara, Morgan Freeman, Cillian Murphy, Cole Hauser, Clifton Collins Jr. Productora: Warner Bros Pictures / Alcon Entertainment. Género: Ciencia ficción. Estreno (Estados Unidos): 18/04/2014. Estreno (España): 19/06/2014 {FICHA EXTERNA}.

A día de hoy, la sociedad está ligada a la tecnología de una manera tan extrema que nos hemos vuelto completamente dependientes de ella, solo hace falta mirar a nuestro alrededor para comprobarlo. La tecnología ha hecho la vida más fácil y más cómoda, todos estamos comunicados, o mejor dicho, conectados. Herramientas como internet y actualmente las redes sociales o los propios smartphones han provocado que las relaciones presenciales cara a cara se conviertan en una comunicación puramente virtual. Pese a ello, no hay que ignorar los grandes avances tecnológicos en campos tan importantes como los de la ciencia o la medicina que ayudan a combatir diferentes enfermedades con el descubrimiento de nuevos antibióticos. Otro ejemplo es el del campo de la inteligencia artificial en el que los humanos llevan muchos años trabajando para conseguir que las máquinas consigan pensar y razonar por sí mismas e ir más allá de lo establecido, lo que se conoce como transcendencia.

En ‘Transcendence’, el doctor Will Caster, especializado en inteligencia artificial, investiga la manera de crear una máquina inteligente con una capacidad analítica mayor a la inteligencia colectiva de todos los seres humanos. Un miembro de RIFT, un grupo terrorista anti-tecnológico, le dispara con una bala envenenada, antes de que muera, su mujer Evelyn y su amigo Max Waters deciden cargar su cerebro a un superordenador. Cuando el experimento da resultado y Will se convierte en una máquina, se expande a través de la red para aumentar su conocimiento donde las consecuencias son tan desconocidas como imprevisibles que pueden suponer una evolución en la era tecnológica.

La película supone el debut tras las cámaras de Wally Pfister, director de fotografía de todas las películas de Christopher Nolan a excepción de ‘Following’, su ópera prima. No parece casual que la primera película de Pfister como director trate uno de los temas más recurrentes de gran parte de la filmografía de Nolan: la mente. En ‘Memento’, el protagonista sufre amnesia anterógrada que no le permite almacenar nuevos recuerdos y solo tiene la ayuda de fotografías y de mensajes tatuados en la piel para recordar. En ‘Insomnio’, el personaje de Al Pacino padece de insomnio y le provoca alucinaciones, pero es en ‘Origen’ donde la mente adquiere un total protagonismo, con la capacidad de adentrarse en el subconsciente de una persona para poder apropiarse o introducir una idea. En ‘Transcendence’, la mente del doctor Caster es trasladada al mundo virtual, creando de ese modo un Dios digital capaz de hacer avanzar la tecnología hacia niveles inimaginables.

Si bien Pfister trata de imitar la manera filmar de Nolan, su talento para captar las imágenes en sus anteriores trabajos no se traslada en esta ocasión en la narración. Justamente el desarrollo de la historia es uno de los grandes males del filme, que no sabe aprovechar la atractiva premisa inicial. Es un filme tan ambicioso que quiere ser muchas cosas a la vez, no solo ciencia ficción, sino también un thriller tecnológico e incluso un drama con tintes románticos. Todo resulta demasiado convencional y hueco pese a que trata un tema interesante y avanza de una manera torpe y tan lenta que la película requiere de una elipsis temporal de 2 años en la historia para intentar agilizar lo máximo posible. Durante ese periodo de tiempo, Will ha ampliado sus capacidades cognitivas gracias a la creación de un parque tecnológico subterráneo en una ciudad con muy pocos habitantes donde prosigue con sus experimentos basados en la nanotecnología, todo ello construido por el amor incondicional que su mujer Evelyn siente por él. La relación del matrimonio Caster recuerda a la historia de amor de la reciente ‘Her’ de Spike Jonze entre Theodore y el sistema operativo llamado Samantha con la diferencia que si aquel sistema operativo era capaz de razonar, pensar y amar como un ser humano, en realidad no lo era, algo que sí era Will, un aspecto que la película no acaba de explotar en ningún momento salvo al final y que, paradójicamente, resulta una relación menos auténtica que la de la película de Jonze.

Los problemas del guión no se ciñen únicamente en la historia, sino también en la descripción y la evolución de los personajes. El propio Will, que debería aparentar la terrible amenaza mundial que los miembros de RIFT no se cansan de repetir a lo largo de la película, parece poco intimidador si se compara con un sistema mucho más primitivo como el HAL 9000 de ‘2001: Odisea en el espacio’ de Kubrick. Evelyn tarda demasiado en darse cuenta que su marido ha dejado de comportarse como un humano e incluso los integrantes del grupo terrorista pasan de ser los villanos por asesinar a Will y atentar en diferentes corporaciones tecnológicas a colaborar junto al ejército y amigos de Will para acabar con él, en unas escenas de acción bastante pobres.

Las incoherencias son tales que el magnífico reparto, con algunos colaboradores de la filmografía de Christopher Nolan, que aquí hace las funciones de productor ejecutivo, poco puede hacer para reflotar la película. Johnny Depp, protagonista y principal atractivo del filme, está completamente desubicado en su papel, resulta más convincente cuando interpreta a una máquina que en las pocas escenas que sale en persona como experto en inteligencia artificial. El resto de intérpretes tampoco destacan en exceso por culpa de unos papeles excesivamente planos, es una lástima ver desaprovechados a actores y actrices de la talla de Rebecca Hall (co-protagonista junto a Depp), Cillian Murphy, Kate Mara o Morgan Freeman. Solo Paul Bettany, que interpreta a Max, el amigo de la pareja protagonista, encargado de abrir y cerrar la película, resulta un personaje interesante y coherente en la historia.

El que debía ser el gran estreno tras las cámaras de uno de los directores de fotografía más destacados de la actualidad, se convierte en una película pretenciosa y mediocre, que desperdicia una idea interesante y unos buenos primeros minutos por culpa de un guión poco desarrollado que perjudica tanto a la historia como a las interpretaciones de los actores. El alumno (Pfister) ha querido emular al maestro (Nolan) y la copia se ha quedado en una mera caricatura.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Christopher Nolan, Cillian Murphy, Johnny Depp, Kate Mara, Morgan Freeman, Paul Bettany, Rebecca Hall

Avance programación Festival de Sitges 2014

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Sitges logo

Tras la presentación del Festival de Sitges a finales del mes de abril, ya se han dado a conocer nuevos títulos que se unen a los ya anunciados ‘[REC 4]: Apocalipsis’ de Jaume Balagueró, que inaugurará esta edición, y ‘La distancia’ de Sergi Caballero.

Una de las apuestas más potentes de la edición de este año es ‘Maps to the stars’ de David Cronenberg, el director de títulos como ‘Scanners’, ‘La mosca’ o ‘Crash’ regresa con un retrato decadente de la industria cinematográfica que le valió a Julianne Moore el premio de mejor actriz en el Festival de Cannes. ‘Under the skin’, lo último de Jonathan Glazer (‘Sexy Beast’, ‘Reencarnación’) con Scarlett Johansson, también será otra de las sensaciones del festival. Quien tampoco faltará a la cita será uno de los artífices de la Nouvelle Vague, el veterano Jean Luc-Godard, que presentará ‘Adieu au langage’, premio del jurado en Cannes. Títulos presentados en el Festival de Sundance también harán su parada en Sitges como son ‘The voices’ de la iraní Marjane Satrapi con Ryan Reynolds como protagonista  y ‘The guest’ de Adam Wingard, director de ‘Tú eres el siguiente’.

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El cineasta belga Fabrice Du Welz vuelve a Sitges para presentar ‘Alleluia’, una particular visión de los tristemente famosos “asesinos de la luna de miel” de los años cuarenta en Estados Unidos. Jim Mickle (‘We are what we are’, ‘Stake Land’) estará presente con ‘Cold in July’, una sangrienta venganza con Michael C. Hall y Don Johnson como protagonistas. Si el año pasado se pudo ver a Jake Gyllenhaal por partida doble en ‘Enemy’ de Denis Villeneauve, en esta edición será el turno de Jesse Eisenberg en ‘The double’, adaptación de la novela de Fiódor Dostoyevski. Alexandre Bustillo y Julien Maury presentarán ‘Aux yeux des vivants’, otra inquietante muestra del terror francés.

Tradición fantástica y la modernidad más transgresora se unen para reinventar subgéneros inmortales como el cine de vampiros. Dos ejemplos de ello son ‘A girl walks home alone at nigth’, reinterpretación del mito del vampiro encarnado en una adolescente norteamericana de origen iraní dirigida por Ana Lily Amirpour. El otro ejemplo entre estas propuestas de los no-muertos es la comedia negra neozelandesa y falso documental ‘What we do in the shadows’ de Taika Waititi y Jemaine Clement.

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Otra de las apuestas españolas que se unen a las antes mencionadas ‘La distancia’ y ‘[REC 4]’, es ‘Musarañas’, película de terror psicológico ambientada en la post-guerra con Macarena Gómez, Carolina Bang y Luis Tosar financiada por la productora de Álex de la Iglesia, Pokeepsie Films.

Como es habitual en el Festival, el cine asiático tiene también gran protagonismo. Un buen ejemplo es el último largometraje de Kim Ki-duk, ‘One on One’, Takashi Miike por su parte (Gran Premio Honorífico en Sitges 2013) vuelve con ‘The mole song: Undercover Agent Reiji’, la historia de un oficial de policía infiltrado en una banda de mafiosos. Otros títulos que podrán verse serán ‘That demon within’, de Dante Lam; ‘The midnigth after’, de Fruit Chan, ‘Aberdeen’, de Pang Ho-Cheung, ‘A hard day’, de Kim Seong-hun y ‘Mad, sad & bad’, de Avie Luthra. También estarán ‘R100’, de Hitoshi Matsumoto, la adaptación en acción real del famoso manga ‘Lupin the 3rd’, dirigida por Ryuhei Kitamura y ‘The Torture Club’ de Kota Yoshida.

one on one

La nueva sección Blood Window, orientada hacia el cine fantástico latinoamericano, incluirá el último trabajo de Adrián García Bogliano, ‘Late phases’, donde un veterano de la guerra tendrá que luchar, en su última batalla, contra un hombre lobo. El argentino Martín Desalvo presentará ‘El día trajo la oscuridad’, sobre el terror que provoca un brote de rabia en un pueblo pequeño, y el uruguayo Gustavo Hernández llega con ‘Un dios local’, un film de espíritu experimental.

Por otro lado, Brigadoon presenta en esta edición una programación en la que destaca ‘Bombshell Bloodbath’, un título dirigido por Brett Mullen e influenciado por películas de zombies italianas como Nueva York bajo el terror zombie o ‘La invasión de los zombies atómicos’. Por su parte, los productores ejecutivos de ‘The Ring’ presentan ‘Dark awakening’, thriller sobrenatural dirigido por el especialista en maquillaje Dean Jones.

Los documentales también tendrán una notable presencia en Brigadoon: ‘Vicente Aranda. 50 años de cine’, de los hermanos Francisco y Javier Prada, repasa la carrera del realizador catalán. Por otra parte, ‘Eurocine 33 Champs Elysées’, de Christophe Bier, es un trabajo centrado en la productora francesa Eurocine. Brigadoon también ofrecerá un ciclo de películas en homenaje al actor Craig Hill, que falleció el pasado mes de abril. En esta edición, el Premio Nosferatu recaerá en la actriz María Kosty, dedicada a la profesión desde finales de los sesenta y con una gran presencia en el cine fantástico y de terror español de los setenta.

El Gran Premio Honorífico del Festival será para el director, guionista y productor alemán Roland Emmerich, responsable de filmes como ‘Soldado Universal’, ‘Godzilla’, ‘Independence Day’ o ‘El día de mañana’.

El Festival ha presentado un teaser con algunas de las películas anunciadas:

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)

 


Tagged: David Cronenberg, Jean Luc-Godard, Jesse Eisenberg, Julianne Moore, Kim Ki-duk, Roland Emmerich, Takashi Miike

CRÍTICA: ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’ (2013)

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Título original: ‘The Young and Prodigious Spivet’. Año: 2013. Duración: 105 min. País: Francia. Director: Jean-Pierre Jeunet. Guión: Jean-Pierre Jeunet, Guillaume Laurant. Fotografía: Thomas Hardmeier. Música: Denis Sanacore. Reparto: Kyle Catlett, Helena Bonham Carter, Robert Maillet, Judy Davis, Callum Keith Rennie, Julian Richings, Jakob Davies, Dominique Pinon. Productora: Gaumont / France 2 Cinéma. Género: Aventuras. Estreno (Francia): 16/10/2013. Estreno (España): 04/07/2014.

Ciertos directores poco mediáticos para el público han realizado películas (no necesariamente sus operas primas) cuyos títulos van acompañados la mayoría de las veces con la frase: ‘el director de…’. Algunos casos son los de Tony Kaye (‘American History X’), Fernando Meirelles (‘Ciudad de dios’), Richard Donner (‘La profecía’) o los hermanos Wachowski (Matrix). Pese a que estos filmes han sido y siguen siendo de los mejores de las respectivas filmografías de los directores, no todos han tenido la misma suerte. Tony Kaye no ha hecho demasiado cine desde la película citada, mientras que para Richard Donner el éxito de ‘La profecía’ le supuso ser uno de los directores más solicitudes de finales de los 70 – principio de los 80 con títulos como ‘Superman’, ‘Los Gonnies’ o la saga de ‘Arma Letal’. ‘El director de…’ no se utiliza únicamente en las distribuidoras para vender una película, sino que es propio público el que la utiliza para hablar de ella o recomendarla a sus conocidos. Entre los nombres anteriormente citados también puede incluirse el de Jean-Pierre Jeunet que a principios de la década del 2000 dirigiría la que es su película más conocida y reconocida, ‘Amelie’, más de una década después de su mayor éxito, llega con ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’.

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Tecumseh Sparrow Spivet es un niño prodigio de 10 años al que le encanta hacer inventos que vive en el oeste de Estados Unidos con sus padres y su hermana. Cuando uno de sus inventos es premiado por una prestigiosa institución científica, coge su maleta y se decide recorrer el país para recoger el galardón.

Jean-Pierre Jeunet es un director muy fiel a su estilo, así lo ha ido demostrando a lo largo de su filmografía. Sus películas (a excepción de ‘Alien: Resurrección’) tienen un fuerte carácter fabuloso e imaginario, ambientadas en un mundo que pese a que aparenta ser real, dista mucho de serlo por su manera tan peculiar y personal de plasmar sus historias en pantalla. En ‘El extraordinario viaje de T. S. Spivet’ se encuentran varios de los aspectos que caracterizan su cine: la voz en off de T. S. sirve como conductora de la historia y para describir a su familia; tampoco falta su impresionante apartado visual, algo que ya destaca en todos sus filmes, con una paleta de colores llamativa y contrastada que combina con planos cortos y efectos visuales y de sonido que dan a sus largometrajes momentos cómicos y atractivos. Otro de los aspectos a destacar es la figura de un protagonista particular que se aleje de convencionalismos y que destaque por su encanto e inocencia. El personaje de T. S. recuerda bastante al de Amelie Poulain, si bien el padre de Amelie estaba más preocupado por su enano de jardín que de su hija, ocurre algo similar con los padres y la hermana del pequeño Spivet, su padre es un cowboy nacido un siglo tarde, mientras que su madre una naturalista obsesionada en los insectos, su hermana en cambio no soporta la vida rural que llevan y sueña con ser Miss América o actriz en un futuro. Los tres están tan encerrados en sus aficiones y cotidianidad que no se interesan demasiado por T.S, que pese a ser un genio inventor, no puede quitarse de encima el sentimiento de culpa por la muerte accidental de su hermano Layton, del que ninguno de ellos habla.

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El film, que se basa en la novela ‘Las obras escogidas de T. S. Spivet’, es una mezcla del cine familiar más convencional con la road movie, un viaje que T. S. emprende desde su casa de Montana hasta Washington, donde le entregan el premio, un mero Macguffin en la historia. Un trayecto que realiza la mayor parte en un tren de mercancías y que sirve para que reflexione sobre el amor de su familia. La escena de la cabina telefónica en la que se imagina la reacción de sus padres y su hermana al llamar muestra perfectamente ese punto.

El guión que escribe el propio Jeunet conjuntamente con Guillaume Laurant se ayuda de la estética para emocionar en los momentos señalados, ambos además han creado a un protagonista con el que resulta muy fácil empatizar. T. S.  pese a ser un pequeño cerebrito no se hace cargante, aunque sí que hace alarde de su inteligencia en algunas escenas con los personajes secundarios, parte del encanto del personaje lo tiene la buena elección de casting con el joven Kyle Catlett al mando de la película, que demuestra un gran desparpajo y ofrece muy buenas escenas. No se puede decir lo mismo de los secundarios, algo desaprovechados, sobre todo Helena Bonham Carter, que interpreta a la doctora Clair, la madre del protagonista, y que solo tiene una presencia destacada al final del filme. Del resto del reparto destaca la presencia de la veterana Judy Davis muy sobre actuada y de un actor que acompaña a Jeunet en todas sus películas, Dominique Pinon, en un breve papel.

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Pese a que el viaje de T. S. solo sea para recoger un premio científico, su periplo aventurero de oeste a este de los Estados Unidos desprende una bella melancolía, un retorno a la infancia y a la inocencia, una verdadera gozada visual que supone el regreso del mejor Jean-Pierre Jeunet, uno de los directores más imaginativos del cine europeo.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Helena Bonham Carter, Jean-Pierre Jeunet, Judy Davis, Kyle Catlett

CRÍTICA: Ahora y siempre (2012)

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1 y media estrellas

Título original: ‘Now is good’. Año: 2012. Duración: 105 min. País: Reino Unido. Director: Ol Parker. Guión: Ol Parker. Fotografía: Erik Wilson. Música: Dustin O’Halloran. Reparto: Dakota Fanning, Jeremy Irvine, Kaya Scodelario, Olivia Williams, Paddy Considine. Productora: Goldcrest Pictures / BBC Films. Género: Drama. Estreno (Reino Unido): 19/09/2012. Estreno (España): 11/07/2014.

Las películas que narran historias sobre enfermos terminales llaman la atención del espectador ya que tratan un tema duro y sensible al que la sociedad se ve lamentablemente identificada. Filmes como la reciente Bajo la misma estrella, ‘La decisión de Annie’ o ‘Love Story’ son algunos ejemplos que hablan de esta misma temática, varias de ellas incluyen una historia romántica que les da un plus de emotividad y consiguen atraer a más público. Casi dos años de retraso respecto a su estreno en el Reino Unido llega ‘Ahora y siempre’.

‘Ahora y siempre’ explica la historia de Tessa, una joven británica de 17 años enferma de leucemia que trata de disfrutar de la vida que le queda de la mejor forma posible y para ello decide elaborar una lista.

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El filme, que se basa en la novela ‘Before I die’ de Jenny Downham, está repleto de clichés y tópicos ya vistos en otras películas (de hecho en ‘Ahora o nunca’, protagonizada por Jack Nicholson y Morgan Freeman, los personajes ya elaboraban una lista de cosas para hacer antes de morir) incluso la historia romántica que vive la propia Tessa con su nuevo vecino Adam, está muy vista con ellos dos abrazados contemplando puestas de sol y paseos en moto incluidos. Pero la gran cantidad de clichés no son los mayores  culpables de que la película no funcione como debería, sino la mala descripción y construcción de algunos de los personajes que forman parte de la historia, comenzando por la propia protagonista.

Cuesta creer que una persona enferma terminal tenga como prioridad comportarse de forma rebelde drogándose con setas alucinógenas  y robar tarjetas de crédito a la gente y pintalabios y pintauñas en una tienda y sea tan egoísta de no ver como su padre se desvive para cuidarla lo mejor que puede. Su mejor amiga Zoey tampoco le ayuda demasiado a tomar las decisiones, le incita a tener sexo con desconocidos y ser su compañera de hurtos. Sorprendente es la subtrama en la que Tessa no acepta que Zoey quiera abortar tras quedarse embarazada accidentalmente y no se hablen hasta que finalmente decide tener el bebé. Después está la madre de Tessa, que tras años de divorcio se muestra al margen de todo lo que le sucede a su hija y que cuando la situación la requiere no sabe cómo afrontarla. Los únicos personajes soportables y creíbles de la historia son Adam y sobretodo el padre de Tessa, el primero sabe el peligro que le supone enamorarse de ella, ya que su esperanza de vida es muy limitada, pero su presencia le supone a Tessa un atisbo de vida que antes no tenía. El padre es el mejor personaje y con el que el espectador más empatiza, en él se puede ver un hombre que se preocupa por su hija, como haría cualquiera en su situación y que le cuesta asimilar que su hija adolescente le quede poco tiempo.

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La emotividad y el sentimentalismo son otros dos factores que no están bien tratados en la película, decide abusar de ellos constantemente y opta por tomar el camino del porno-sentimentalismo en muchos momentos. Busca conmover y manipular al espectador con algunas escenas que consiguen ser desagradables, de acuerdo que trata una enfermedad tan dura como la leucemia y que en el caso de la protagonista es en una fase terminal, pero enseñarla de un modo tan morboso aprovechando que es creíble y real, no parece que sea demasiado ético. Se echan de menos un humor negro amable y bien trabajado que hubiera supuesto un agradable respiro entre tanto dramatismo. Los diálogos planos y poco profundos tampoco ayudan a que la película consiga mantener un interés y un ritmo equilibrados.

Entre tantos defectos, el reparto, con bastantes caras conocidas, poco puede hacer. Dakota Fanning que interpreta a Tessa, la protagonista, tiene un papel tan egoísta que roza lo insoportable en muchos momentos cuando debería emocionar, algo que solo consigue al final del filme. La química con Jeremy Irvine, Adam en la película, es más bien la justa, aunque él cumple con su rol. Kaya Scodelario con su papel de Zoey, la mejor amiga de Tessa, resulta ser un personaje cargante y una mala influencia para la protagonista. Olivia Williams está tan desubicada como la madre de Tessa a la que interpreta, pero afortunadamente está Paddy Considine. El británico, como se ha comentado unos parágrafos más arriba, es el personaje más destacable de la película y con el que uno se siente más identificado, sus reacciones y emociones son lógicas y creíbles, algo que no se puede decir de la mayoría de los demás personajes.

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El exceso de sentimentalismo y el pobre desarrollo tanto de algunos personajes como de la propia historia, que podría haber sido una interesante lección de la vida, hacen que ‘Ahora y siempre’ sea una película floja y predecible, cercana a la tv-movie, que va dirigida a un público muy determinado, más acostumbrado a estos dramas lacrimógenos.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Dakota Fanning, Jeremy Irvine, Kaya Scodelario, Olivia Williams, Paddy Considine

CRÍTICA: La cueva (2013)

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3 estrellas

Título original: ‘La cueva’. Año: 2013. Duración: 80 min. País: España. Director: Alfredo Montero. Guión: Alfredo Montero. Fotografía: Alfredo Montero. Música: Carlos Goñi. Reparto: Marcos Ortiz, Marta Castellote, Eva García-Vacas, Jorge Páez, Xoel Fernández. Productora: Morena Films. Género: Terror / Supervivencia. Estreno (España): 11/07/2014.

Jaume Balagueró es uno de los directores más importantes del género de terror hecho en España. Desde que debutará con ‘Los sin nombre’ a final de la década de los 90, ha sabido dar a sus películas una atmósfera muy personal e inquietante, alternando el thriller, el terror psicológico y los elementos sobrenaturales. Conjuntamente con Paco Plaza dirigiría las dos primeras películas (y se ha encargado de la cuarta parte en solitario, pendiente de estreno) de la saga de terror más destacada hecha en territorio español: ‘[REC]’. Unos filmes que forman parte del subgénero del found footage (metraje encontrado) que se caracteriza por su punto de vista subjetivo, cámara en mano, que consigue que el espectador se adentre en la historia como si se fuera uno de los protagonistas. El director Alfredo Montero utiliza esta misma fórmula con ‘La cueva’. En ella, cinco amigos viajan a la isla de Formentera, donde, tras acampar en el bosque, encuentran una cueva que deciden explorar, obsesionados por llegar al final de la caverna y adentrándose cada vez más, se pierden sin saber encontrar el camino de salida.

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Las películas que forman parte del subgénero del found footage, normalmente son filmes que incluyen algún componente paranormal o seres como fantasmas, monstruos o zombies, ‘La cueva’prescinde de ellos y otorga todo el protagonismo a la cueva y a los cinco personajes. La película supone un estudio del comportamiento ante una situación tan extrema que se irá degradando paulatinamente a medida de que las horas y los días vayan pasando y no consigan encontrar una salida. Los nervios, la angustia y la desesperación se apoderan cada vez más de ellos que derivan a confrontaciones entre el grupo. La batería de las linternas se agota, no tienen nada de comida, el agua que encuentran es salada y el instinto de supervivencia crece. La inocente e improvisada sesión de espeleología acaba en pesadilla. Montero, que aparte de dirigir, también se encarga del guión y de la fotografía, ha sabido aprovechar una premisa sencilla para que, a medida que avanza la película, vaya complicándose a medida que el pesimismo de los personajes vaya emergiendo. Unos personajes, que como bien se muestra previa a la entrada a la cueva, se comportan de forma infantil y por los que no se siente ninguna simpatía que cuando se encuentran atrapados van evolucionando de un modo creíble.

El uso del punto de vista subjetivo, desde la cámara de uno de los personajes, consigue de manera convincente que el espectador pueda vivir la experiencia de estar dentro de la cueva y poder experimentar las mismas situaciones de ansiedad, desosiego y claustrofobia que el grupo de amigos. La sensación de realismo y incomodidad constante no desaparece, pero adolece de una cierta manca de ritmo hacía la mitad del metraje por culpa de un guión demasiado simple basado en la conducta de los personajes y en algunos momentos de tensión con escenas violentas y desagradables, aunque lógicas si se tiene en cuenta que deben sobrevivir alimentándose de algún modo. Pero el filme no se vale únicamente de su atmósfera claustrofóbica, también tiene sus momentos de sobresaltos con muy poco, alguna broma pesada que se hacen entre ellos al principio y el uso de la visión nocturna combinado con la oscuridad y la persecución final por la cueva, sin ningún tipo de efecto sonoro ni música extradiegética dentro de la cueva, aunque sí se hace uso de ella en la escena final de la película, que como en el prólogo, prescinde del punto de vista subjetivo y pierde parte de las pretensiones de la película.

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Es admirable la forma en cómo ‘La cueva’ está rodada, en un espacio tan pequeño y tan incómodo que bien seguro habrá supuesto todo un reto físico y emocional para el equipo tanto técnico como artístico. Un reparto que, a pesar de que en muchos momentos transmite la angustia que están viviendo sus personajes, deja algunos momentos cómicos que no parecen ser demasiado intencionados.

Resultan interesantes propuestas como ‘La cueva’, que pese a no ser original ni novedosa, sí que consigue que el espectador experimente una sensación asfixiante y opresiva. Una película pequeña que poco tiene que envidiar al cine de terror patrio que llega últimamente a las salas.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Alfredo Montero, Eva García-Vacas, Jaume Balagueró, Jorge Páez, Marcos Ortiz, Marta Castellote, Xoel Fernández

RETROSPECTIVA: El planeta de los simios (2001)

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2 estrellas

Título original: ‘Planet of the apes’. Año: 2001. Duración: 120 min. País: Estados Unidos. Director: Tim Burton. Guión: William Broyles Jr., Lawrence Konner, Mark D. Rosenthal. Fotografía: Philippe Rousselot. Música: Danny Elfman. Reparto: Mark Wahlberg, Helena Bonham Carter, Tim Roth, Estella Warren, Paul Giamatti, Michael Clarke Duncan, Kris Kristofferson. Productora: 20th Century Fox. Género: Ciencia ficción. Estreno (Estados Unidos): 27/07/2001. Estreno (España): 31/08/2001.

Estamos acostumbrados a los remakes. Hollywood lleva muchos años produciendo nuevas versiones de películas clásicas, de culto o provenientes de países extranjeros. ‘El planeta de los simios’, el clásico de ciencia ficción dirigido por Franklin J. Schaffner en 1968 y protagonizado por Charlton Heston que adaptaba la novela de Pierre Boulle, no pudo evitar una nueva actualización a principios del 2000 con Tim Burton como director.

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La mayoría de remakes utilizan la misma historia de la película original y alteran levemente la descripción de los personajes. En el caso de la versión de Burton, pese a entenderse como una modernización, cambia muchos aspectos de la original, que se caracterizaba por la dura crítica que hacía de nuestra civilización. “¿A caso los hombres, esa maravilla del universo, esa gloriosa paradoja que me ha mandado a las estrellas, siguen combatiendo contra sus hermanos, dejando morir a los hijos de sus vecinos?” reflexionaba el personaje de Heston al inicio de la película. A su llegada al planeta ve como los humanos son los primitivos, sin la capacidad de hablar, a los que los simios enjaulan como animales y son estudiados científicamente. La nueva adaptación decide obviar varias de esas interesantes y filosóficas consideraciones para crear una película mucho más sencilla para un público poco exigente.

El protagonista, Leo Davidson, carece del pensamiento tan crítico hacia los humanos que tenía el personaje de George Taylor en la original, convirtiéndolo en un entrenador de primates encargados de pilotar naves de reconocimiento que se estrella en un planeta desconocido después de que saliera en busca de uno de sus simios, desaparecido en el espacio. Tras ser capturado por los simios evolucionados junto con una civilización de humanos escondidos en el planeta y ver como se convierte en esclavo, decide escapar con la ayuda de Ari, una simio simpatizante de los humanos, y un grupo de prisioneros. Después de conocer que la nave a la que pertenece se encuentra en el planeta, decide ir a buscarla y poder marchar, pero antes deberá enfrentarse junto a un grupo de rebeldes humanos al general Thade, líder del ejército simio.

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Como se puede comprobar tras leer el argumento de la película, las semejanzas con la versión del 1968 son más bien escasas. Los humanos, pese a ser una raza considerada inferior y que deben ser tratados como esclavos o mascotas, no son tan primitivos como en la original, teniendo la total capacidad de hablar y de razonar. El filme está concebido con el propósito de enfrentar a simios contra humanos como se demuestra en la batalla final con las dosis de acción que suelen tener todas las superproducciones llegadas de Estados Unidos.

Aparte de los cambios en la historia y en la forma en cómo se describen a los humanos, también hay variaciones a lo que respecta a los simios que añade la figura de Semos, una figura divina que marcaba el inicio de la era simia dominante. Un personaje importante en la película de Schaffner como era el doctor Zaius desaparece para dar entrada a un villano destacado como es el general Thade, que no solo busca acabar con el protagonista sino exterminar a la raza humana con la ayuda del coronel Attar y su ejército. Otro de los personajes más carismáticos era el de la doctora Zira que es sustituida por Ari, hija del senador y defensora de la igualdad entre simios y humanos.

Tras dirigir películas como ‘Bitelchús’, dos entregas de ‘Batman’, ‘Eduardo Manostijeras’ y ‘Ed Wood’, Tim Burton tenía el difícil desafío de dirigir una nueva adaptación de una las mejores películas de ciencia ficción. Su versión de ‘El planeta de los simios’ es para la gran mayoría el peor filme del director. La estética tan marcada y personal que caracteriza gran parte de la filmografía de Burton apenas es reconocible en una película hecha al servicio de la productora (20th Century Fox), que quiso explotar los derechos que tenía de la saga.

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La escasa autoría por parte de Burton y su dirección impersonal no es el mayor de sus males, sino un guión extremadamente pobre con una historia que apenas consigue mantener el interés, un aspecto que sí conseguía con creces el filme de Schaffner gracias al fantástico libreto escrito de Michael Wilson y Rod Serling que supieron adaptar muy bien la magnífica historia de Pierre Boulle. Del reparto, Mark Wahlberg no tiene el carisma de Charlton Heston ni su personaje la profundidad y matices que tenía Taylor. El único que resulta convincente es Tim Roth como un malvado y despiadado general Thade.

Lo mejor de la película es el gran trabajo en la labor de maquillaje con una gran variedad de simios que mejoran la homogeneidad de rostros de la película original y ayuda a que los actores disfrazados aporten una mayor expresividad a sus actuaciones. Todo remake corre el (inevitable) riesgo de ser comparado con el original, en el caso de ‘El planeta de los simios’ no solo está muy por debajo del clásico de  1968, sino que como filme de ciencia ficción apenas entretiene.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Helena Bonham Carter, Mark Wahlberg, Tim Burton, Tim Roth

CRÍTICA: Barbacoa de amigos (2014)

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2 y medio estrellas

Título original: ‘Barbecue’. Año: 2014. Duración: 98 min. País: Francia. Director: Eric Lavaine. Guión: Eric Lavaine, Hector Cabello Reyes. Fotografía: François Hernandez. Reparto: Lambert Wilson, Franck Dubosc, Florence Foresti, Guillaume De Tonquedec, Lionel Abelanski, Jérôme Commandeur, Sophie Ouez, Lysiane Meis, Valérie Crouzet. Productora: StudioCanal / TF1 Films Production. Género: Comedia. Estreno (Francia): 30/04/2014. Estreno (España): 25/07/2014.

El psicólogo Abraham Maslow elaboró a mediados del siglo XX la que sería conocida como la Pirámide de Maslow, donde formulaba una teoría basada en las necesidades de los humanos dividida en 5 niveles: las necesidades básicas, de seguridad, sociales, de estima y de autorrealización. Dentro del tercer nivel, el de las relaciones sociales, se ve incluido la amistad. Tenemos la necesidad como seres humanos de relacionarnos entre nosotros creando vínculos afectivos de corta, media o larga duración. En el cine se encuentran numerosas películas que tratan el tema de la amistad como ‘Cuenta conmigo’, ‘Los Gonnies’, ‘Thelma y Louise’ o ‘Toy Story’. En el cine francés también se encuentran ejemplos conocidos como la estupenda ‘Adiós, muchachos’ o la reciente y muy exitosa Intocable. ‘Barbacoa de amigos’, la sexta película del director Eric Lavaine, es la última muestra de estos filmes que exploran las relaciones afectivas entre los personajes.

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Antoine acaba de cumplir los 50, hace deporte, come bien y cuida de sus amigos y de su mujer, aunque la engañe con mujeres más jóvenes. Pese a cuidarse tanto, le da un ataque al corazón, tras el susto inicial, decide cambiar varios aspectos de su vida y los de la gente que le rodea.

‘Barbacoa de amigos’ decide explorar la amistad a una edad avanzada como son los 40-50 años, todos los personajes ya se conocen desde hace muchos años y tienen una excelente relación, pero su estancia en una lujosa casa rural en Las Cevenas, en el centro de Francia, pese a que estaba planeada para desconectar y pasar un buen tiempo juntos se desvelan algunas mentiras y rencillas ocultas desde hace años. La película tiene no pocas similitudes con otro filme de la misma temática y que también tuvo un gran éxito en su país, ‘Pequeñas mentiras sin importancia’ de Guillaume Canet, un filme que explora muy bien las relaciones entre un numeroso grupo de amigos burgueses que deciden irse de vacaciones como cada año pese a que uno de ellos no pueda ir al ser atropellado y tenga que ser hospitalizado en estado grave. Canet conseguía que el espectador se adentrara dentro del grupo y fuera testigo directo de sus conversaciones tan naturalistas y veraces como la vida misma. La película no únicamente trata a los personajes como un conjunto, sino también de forma individual, cada uno con sus problemas, su forma de ser y sus pequeñas mentiras y secretos que se contraponen con el momento de ocio que están compartiendo. Unos personajes muy bien descritos gracias a un gran reparto encabezado por intérpretes de la importancia de Marion Cotillard y François Cluzet que combinaban de manera efectiva humor y drama. En el filme de Lavaine se pueden ver varios de estos aspectos pero plasmados de un modo más irregular.

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Si bien la película de Canet no tenía un personaje protagonista, Antoine es el personaje predominante de ‘Barbacoa de amigos’, él se encarga de narrar en una abusiva voz en off su perspectiva de la vida que cambia tras el ataque de corazón, eliminando sus relaciones extramatrimoniales y su dieta tan equilibrada. El resto de personajes tienen un papel secundario y su importancia siempre viene determinada con la implicación que Antoine tiene con ellos. El humor presente en toda la película funciona en pequeñas porciones y en situaciones muy concretas, como si se trataran de gags. La película juega con la edad de los personajes, su amistad duradera aunque con algunos secretos guardados y la crisis de madurez que sufren la gran mayoría de ellos, que abundan en tópicos como la pareja que está casi divorciada o el amigo tontorrón de la clase media que es el objetivo de todas las bromas del grupo.

Uno de sus defectos se encuentra en un ritmo desigual no demasiado bien administrado y que puede llegar a hacerse demasiado tedioso en varios momentos, en los que parece que el espectador esté presenciando a un grupo de gente burguesa pasando unas vacaciones lujosas en medio de la montaña y que depende demasiado de los divertidos aunque breves momentos cómicos, ya que la historia es por sí sola bastante floja y su desarrollo demasiado minimalista y previsible.

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Lambert Wilson, conocido por participar en las dos secuelas de Matrix, es el actor más célebre del reparto y encaja perfectamente en el papel de Antoine. El resto de actores y actrices, habituales en el cine cómico, no son demasiado conocidos fuera de Francia, un equipo artístico que pese a interpretar un grupo de amigos no demuestran demasiada química entre ellos.

Pese a sus defectos, ‘Barbacoa de amigos’ es otro filme más sobre la amistad que apuesta únicamente, y de una manera nada pretenciosa, por hacer pasar al espectador un rato agradable con momentos divertidos y rodeados de unas maravillosas vistas en plena montaña.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: France Floresti, Franck Dubosc, Lambert Wilson

CRÍTICA: Anarchy: La noche de las bestias (2014)

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2 y medio estrellas

Título original: ‘The purge: Anarchy’. Año: 2014. Duración: 103 min. País: Estados Unidos. Director: James DeMonaco. Guión: James DeMonaco. Fotografía: Jacques Jouffret. Música: Nathan Whitehead. Reparto: Frank Grillo, Zach Gilford, Carmen Ejogo, Kiele Sanchez, Zoë Soul, Michael K. Williams. Productora: Blumhouse Productions / Universal Pictures. Género: Terror. Estreno (Estados Unidos): 18/07/2014. Estreno (España): 25/07/2014.

The purge: La noche de las bestiasse estrenó el pasado año con una premisa llamativa y muy prometedora: en un futuro no muy lejano, el gobierno de los Estados Unidos, con el objetivo de reducir el índice de delincuencia y ayudar a la estabilidad del país, implanta la ley de ‘La purga’, en la que durante una noche al año todo acto criminal es legal. En el filme, una familia adinerada ve como un intruso perseguido por un grupo de criminales se introduce en su casa, cuando dicho grupo lo localiza, les dan un límite para entregárselo o bien morirán. El éxito de la película, que costó 3 millones de dólares y recaudó alrededor de 89, sirvió para poder realizar una segunda entrega con el mismo director, James DeMonaco, pero con distinto reparto.

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‘Anarchy: La noche de las bestias’ utiliza la misma idea que su antecesora, pero incluye a nuevos personajes en los que se encuentra un hombre que quiere vengar la muerte de su hijo pequeño, una pareja cuyo coche se avería antes de llegar a casa y una familia latina que vive en un barrio pobre. Esta segunda entrega funciona de un modo completamente independiente a la anterior y aprovecha para pulir, mejorar y expandir varios de los conceptos que trataba. La gran diferencia se encuentra en la expansión en la acción, si en ‘The purge’ los sucesos únicamente tenían lugar en el hogar de la familia Sandin, esta segunda entrega decide exteriorizarse, hay una gran multitud de localizaciones diferentes, donde las calles son también parte importante en los acontecimientos que van sucediendo a lo largo del filme. ‘Anarchy’ incluye un aspecto que la primera parte desaprovecha en exceso al limitarse a contar una historia en particular de esa noche de violencia: un mayor y mejor tratamiento al concepto de la noche de la purga. La película muestra esta medida catárquica desde diferentes puntos de vista como pueden ser la venganza, el motivo del personaje principal del filme, o el simple hecho de liberar la hostilidad que cada uno lleva dentro y matar por un motivo de puro placer, divertimento y purificación personal. Interesantes, aunque no lo suficientemente bien tratadas, son las ideas entre la diferencia de clases rica y pobre, la crítica político-social y la inclusión de una organización contraria a la purga, que busca que los ciudadanos se rebelen en contra del gobierno.

Uno de los grandes males de la floja primera entrega de esta saga estaba en su ritmo irregular, durante gran parte del filme, el matrimonio protagonista busca desesperadamente al hombre que se ha escondido en su casa, para dejar la acción en unos precipitados y decepcionantes últimos 20 minutos, donde el suspense era casi nulo. Su continuación enmienda varios de estos problemas y cumple en su objetivo de entretener, ya que una vez reunido todo el grupo de personajes escondidos en las calles de la ciudad, alertados por las constantes amenazas que se van encontrando, el filme se convierte en un survival, donde la tensión, la violencia y la acción en varios tramos toman el total protagonismo.

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El hecho de tratar con más personajes consigue dar al filme más dinamismo. Las tres historias permiten mostrar cómo se vive esa violenta noche desde puntos de vista bien diferenciados. Toda la película se sustenta por el personaje del sargento, cuyo nombre no se desvela, un hombre vencido por el odio y la venganza que quiere aprovechar la purga para asesinar al hombre que atropelló y mató a su hijo, para no tener problemas con el resto de criminales, lleva un coche blindado y un gran cargamento de armas. Pese a ser el protagonista, son los personajes de Eva y Cali, madre e hija respectivamente de origen latinoamericano, los que crean más empatía. Viven en una situación económica difícil y su padre/abuelo enfermo terminal decide sacrificarse como víctima de la purga para disfrute de los ricos a cambio de dinero. Shane y Liz, son la pareja que completa los personajes del filme, que se queda tirada en la carretera horas antes del inicio de la purga y que ven como una banda de chicos con las caras pintadas y con máscaras los persiguen. Un hecho casual une a los cinco para sobrevivir de cualquier manera a la noche.

Los acontecimientos que van sucediendo son bastante forzados y en varias ocasiones ciertamente estúpidos, por lo que la seriedad que quiere aparentar la película no acaba de lograrse, en un guión que, como ya pasó en la primera película, es flojo en su conjunto. A diferencia de ‘The purge’, que contaba con dos actores de la talla de Ethan Hawke y Lena Headey, ‘Anarchy’ no cuenta con intérpretes demasiado conocidos. Frank Grillo (visto recientemente en ‘Capitán América: Soldado de invierno’) es probablemente el actor con más renombre del reparto, que con su personaje del sargento se asimila bastante a personajes como El Castigador. Del resto, destaca en un breve papel Michael K. Williams (Omar Little en la serie ‘The Wire’) como líder de un grupo anti-purga.

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‘Anarchy: La noche de las bestias’ mejora las ideas de la premisa y solventa varios de los problemas de su antecesora. Resulta bastante más ágil y entretenida y aprovecha que la acción tiene lugar en diferentes espacios para elaborar una mejor puesta en escena de lo que puede llegar a ser, si el público y la taquilla responden positivamente, una nueva saga.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Frank Grillo, James DeMonaco, Michael K. Williams

CRÍTICA: Transformers: La era de la extinción (2014)

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2 y medio estrellas

Título original: ‘Transformers: Age of extinction’. Año: 2014. Duración: 165 min. País: Estados Unidos. Director: Michael Bay. Guión: Ehren Kruger. Fotografía: Amir Mokri. Música: Steve Joblonsky. Reparto: Mark Wahlberg, Nicola Peltz, Jack Reynor, Stanley Tucci, Kelsey Grammer, Sophia Myles, Victoria Summer, T.J. Miller. Productora: Paramount Pictures / Hasbro. Género: Acción. Estreno (Estados Unidos): 27/06/2014. Estreno (España): 08/08/2014 [FICHA EXTERNA].

Tras tres películas de ‘Transformers’, la saga necesitaba algunos cambios necesarios, previsibles después del desenlace de la tercera parte con la batalla de Chicago y el (aparente) final del enfrentamiento entre Autobots y Decepticons que ya presentaba graves síntomas de agotamiento. ‘Transformers: La era de la extinción’, cuarto capítulo de esta rentable franquicia, tiene lugar 4 años después de los eventos de Chicago, en los que los Autobots llevan tiempo ocultos. Una unidad especial de la CIA, con la ayuda de un caza-recompensas Transformer llamado Lockdown, se encarga de cazarlos y llevarlos a KSI, una empresa que utiliza la base molecular de los robots para crear sus propios y mejorados Transformers. Entre los Autobots escondidos se encuentra Optimus Prime, descubierto por el inventor Cade Yeager, su socio Lucas y su hija Tessa, un sorprendente hallazgo que desencadenará un nuevo enfrentamiento entre robots.

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La desaparición de los Transformers y el rechazo que generan tras las numerosas muertes humanas que supuso la batalla en Chicago junto con la creación de nuevos robots aprovechando los restos de Autobots y Decepticons son las principales premisas para un nuevo comienzo en la saga. Esta renovación no solo es a nivel argumental, sino también para presentar nuevos personajes que sustituyen a Sam Witwicky y compañía en la subtrama protagonizada por los humanos. En esta ocasión Cade, un inventor sin demasiado éxito, su hija adolescente Tessa y Shane, el novio de ésta, son los principales protagonistas que se ven en medio de la disputa entre robots alienígenas. Como no podía ser de otro modo, los personajes se introducen al inicio de la película a modo de clichés como la sobreprotección de Cade hacía su hija o que Tessa no sea tan angelical como quiere su padre teniendo un novio a escondidas. La saga ‘Transformers’ no destaca especialmente por un guión demasiado elaborado con unos personajes interesantes y unas tramas bien definidas. En ‘La era de la extinción’, pese a que tiene un tono más serio que las anteriores secuelas, las situaciones inverosímiles son abundantes y cuenta con unos Autobots más humanizados, como el que fuma un puro enorme o el robot samurái. Desde el punto de vista argumental, son películas mediocres, que basan todo su potencial en las escenas de acción y hablar de acción en ‘Transformers’ es hablar de Michael Bay.

Michael Bay, es a día de hoy, el mejor director de cine de acción que hay. Con títulos como ‘La Roca’, ‘Armageddon’ o su ópera prima ‘Dos policías rebeldes’ ya demostró a finales de los 90 como sería su cine: un espectáculo pirotécnico, donde la destrucción y el exceso son probablemente las dos señas de identidad a lo largo de su filmografía. Es un director muy fiel a sí mismo a la hora de filmar sus películas, sabe aprovechar los grandes presupuestos de los filmes y es capaz de dotar a muchas de las escenas una gran fastuosidad. En el caso de la saga ‘Transformers’, el uso indispensable de los efectos visuales sirven para que la espectacularidad sea cada vez mayor, ya que no existe limitación alguna y menos en la mente de Michael Bay. En ‘La era de la extinción’ explota hasta la saciedad una de sus grandes virtudes: el posicionamiento de la cámara. Donde otros directores idean planos para mostrar distintas emociones al espectador, Bay busca la épica con el continuo uso de contrapicados, travellings, cámaras lentas con explosiones de fondo y una elaborada escenografía que lo hacen todo mucho más aparatoso.

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El lema de ‘contra más, mejor’ a medida que ha ido avanzando la saga se ha convertido en uno de sus puntos débiles. El exceso de acción y la larga duración del filme (de casi 3 horas), acaban volviéndose en contra de la película y agotan. Las batallas entre Transformers (con dinosaurios robot incluidos y un nuevo villano) y también entre humanos, sin demasiado interés y apenas diálogos, provocan una desconexión dentro de la propia sobresaturación de imágenes.

La llegada de un reparto de actores completamente nuevo y con él la introducción de nuevo personajes en la saga, es probablemente el mejor acierto de esta cuarta entrega. Tras tres películas protagonizadas por Shia LaBeouf en el papel de Sam Witwicky, ahora es Mark Wahlberg, como el inventor Cade Yeager, el encargado de desempeñar el papel de héroe, un rol que ya ha interpretado en otros filmes y en el que encaja y hace olvidar con facilidad a LaBeouf. A Wahlberg le acompaña Nicola Peltz como su hija Tessa, una actriz que cumple con los (pocos) requisitos de las chicas de la saga y con el resto de la filmografía de Bay: guapa y con una buena presencia delante de cámara. Del resto de secundarios se encuentran al desconocido Jack Reynor como Shane y dos actores más reconocibles, como son Stanley Tucci y Kelsey Grammer que toman el relevo de John Turturro, Josh Duhamel o Tyrese Gibson, habituales de la trilogía.

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El espectador habituado al cine de Michael Bay y a los Tranformers sabe lo que se encontrará en ‘Transformers: La era de la extinción’, una película hecha única y exclusivamente para entretener a base de largas y espectaculares escenas de acción entre enormes robots de metal, donde la lógica en el guión es inexistente. Cine palomitero en su máxima esencia.

Sergio Montesinos


Tagged: Jack Reynor, Kelsey Grammer. Michael Bay, Mark Wahlberg, Nicola Peltz, Stanley Tucci

CRÍTICA: Mil veces buenas noches (2013)

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7 estrellas

Título original: ‘A thousand times good night’. Año: 2013. Duración: 117 min. País: Noruega. Director: Erik Poppe. Guión: Erik Poppe, Harald Rosenlow-Eeg. Fotografía: John Christian Rosenlund. Música: Armand Amar. Reparto: Juliette Binoche, Nikolaj Coster-Waldau, Maria Doyle Kennedy, Larry Mullen Jr., Mireille Darc, Lauryn Canny, Adrianna Cramer Curtis. Productora: Zentropa International Sweden. Género: Drama. Estreno (Noruega): 18/10/2013. Estreno (España): 08/08/2014.

El fotoperiodismo es un oficio tan arriesgado como necesario. Los fotógrafos capturan imágenes que muestran la realidad y la cara más cruda del mundo en el que vivimos donde los ataques terroristas y los conflictos bélicos están de dolorosa actualidad pese a que algunos de ellos no tengan tanta atención internacional. Introducirse en ese mundo en el que se codea con la muerte conlleva un gran peligro para el corresponsal y requiere unas grandes dosis de pasión, valentía e intuición en su trabajo. Tras dirigir la trilogía que conformaban ‘Schpaaa’, ‘Hawaii, Oslo’ y ‘Aguas turbulentas’ y darse a conocer en festivales como Montreal y Rotterdam, el director noruego Erik Poppe se centra en la figura de una fotoperiodista en ‘Mil veces buenas noches’. El filme narra la historia de Rebecca, una reconocida fotógrafa de guerra que tras quedar herida en un atentado suicida de una joven a la que hacía un reportaje, tendrá que decidir entre su familia o su trabajo.

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Películas como ‘Los gritos del silencio’ de Roland Joffé y ‘Bajo el fuego’ de Roger Spottiswoode ya trataron con anterioridad con protagonistas que ejercen el fotoperiodismo, ambos filmes se centran principalmente en el conflicto que se trata (Camboya y revolución sandinista respectivamente). ‘Mil veces buenas noches’, sin embargo, decide, pese a comenzar el filme con la protagonista fotografiando una joven terrorista en Kabul, dejar los conflictos que fotografía en un segundo plano sin estar la mayor parte de la película in situ, para centrarse en la perspectiva familiar en la que el marido y las hijas de Rebecca son importantes para el desarrollo de la acción. El ultimátum que le da su marido Marcus entre decidir entre ellos y su familia supone para ella una reflexión y un dilema: ¿Debe seguir viajando y alejarse de sus seres queridos para mostrar a través de sus imágenes una realidad que necesita ser mostrada y vivir en constante peligro de muerte o bien dejarlo y quedarse con su familia a la que apenas ve? Una decisión no tan sencilla como aparenta.

El director Erik Poppe utiliza su experiencia como fotoperiodista durante varios años para contar una historia autobiográfica cambiando el género del personaje por el de una mujer. Al conocer a la perfección ese mundo, Poppe se desenvuelve con eficacia en los diferentes terrenos que examina el filme: tanto en las escenas en las que se adentra en las zonas conflictivas, cargadas de tensión como la que abre el filme y las que trata de manera intimista y emotiva la complicada relación de Rebecca con su marido y sus dos hijas, que sufren cada vez que ha de cubrir un reportaje con el miedo de que llegue un día en el que no vuelva a casa. El debate en que se ve envuelto el personaje de Rebecca también implica al espectador, que empatizará con los diferentes personajes y con las decisiones que va tomando la protagonista a lo largo del filme.

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Las más que correcta dirección de Poppe, con una puesta en escena muy trabajada y unas excelentes localizaciones, se ve consolidada con escenas oníricas y metafóricas que ostentan una gran carga poética (incluyendo el propio título de la película) sobre la soledad con el mar como protagonista, donde las olas evocan la propia vida de Rebecca, un ir y venir constante a caballo entre su trabajo y su familia. Al buen trabajo tras la cámara y a un buen guión, pese a que la trama familiar sea irrelevante en algunos momentos concretos, se le une una excelente Juliette Binoche que plasma perfectamente el papel de Rebecca y le da al personaje la valentía, la temeridad y la pasión a su ‘yo’ fotógrafa, mientras que cuando está con sus hijas y su marido no se muestra tan plena. Si bien Nikolaj Coster-Waldau cumple con el papel del sufridor marido de la protagonista, es Lauryn Canny como su hija Steph, un personaje que va cobrando importancia a medida que avanza el filme hasta llegar a ser el motivo por el que su madre vuelva a coger la cámara e irse de viaje las dos juntas a un campo de refugiados Kenia para un reportaje fotográfico de un trabajo del instituto en el que, tras ser sorprendidas por un grupo de rebeldes armados en el campamento, ve como su madre sufre de una ‘fotodependencia’ a la que es incapaz de evitar, ambas además protagonizan una de las escenas más potentes en el tramo final.

El poder que puede tener una imagen es indiscutible, con la capacidad de mostrar multitud de sentimientos y poder conocer el mundo en el que vivimos, un lugar desigual que carece de valores éticos. ‘Mil veces buenas noches’ se encarga a través de su protagonista de explicar a modo de una ligera crítica social esa realidad incómoda que pertenece oculta y que una fotografía es capaz de sacar a la luz. Una película dura y emotiva que muestra de manera cercana la importante figura del fotoperiodista y la compleja compaginación entre la pasión del trabajo y estar junto con la familia.

Sergio Montesinos

 

 


Tagged: Juliette Binoche, Lauryn Canny, Nikolaj Coster-Waldau

CRÍTICA: Locke (2013)

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4 estrellasTítulo original: ‘Locke’. Año: 2013. Duración: 84 min. País: Reino Unido. Director: Steven Knight. Guión: Steven Knight. Fotografía: Harris Zambarloukos. Música: Dickon Hinchliffe. Reparto: Tom Hardy, Olivia Colman, Ruth Wilson, Andrew Scott, Ben Daniels, Tom Holland. Productora: IG Global. Género: Drama. Estreno (Reino Unido): 18/04/2014. Estreno (España): 22/08/2014.

Las personas cometemos errores por naturaleza, algunos pueden ser insignificantes mientras que otros más importantes e irremediables conllevan a tener que tomar decisiones transcendentales e intentar conducirlos de la mejor manera posible. Precisamente un error del pasado es el desencadenante de la trama de ‘Locke’, el segundo largometraje de Steven Knight tras ‘Redención’. Este es uno de esos filmes en los que es importante saber muy poco de su argumento para poder disfrutar de él lo máximo posible. La historia está protagonizada por el capataz de obra Ivan Locke que en el momento que entra en su coche, la vida idílica que llevaba hasta ese día da un giro, el causante: el mensaje que le deja una mujer en el móvil. Un mensaje que le hará tomar la decisión de recorrer un viaje en carretera de una hora y media hasta llegar a su destino. Su decisión abre otros dos frentes: tener que comentar a los responsables de la obra que no podrá asistir a un importante vertido de hormigón para la construcción de un edificio a la mañana siguiente y explicar a su mujer lo ocurrido.

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‘Locke’ se basta con un solo protagonista en pantalla, su coche y el manos libres que lleva integrado para hacer y recibir unas llamadas que son de suma importancia a medida que transcurre la película. Otros filmes como ‘Buried’ de Rodrigo Cortés ya habían contado anteriormente con un único actor, un solo espacio (un ataúd) y un móvil con el que interactuar con otros personajes, pese a esta similitud en cuenta a la forma, los argumentos y los propósitos de los protagonistas no pueden ser más distintos. Si bien en la película de Cortés el protagonista tenía el objetivo de salir de la caja de madera donde se encontraba, el filme de Knight decide tratar sobre el error que ha cometido el protagonista y la necesidad que tiene de solventarlo. La elección que decide tomar Ivan puede conllevarle perder el trabajo y a su familia, su vida forjada por un pilar sólido se resquebraja por culpa de un fallo, como si se tratara de un edificio que se construye con el hormigón erróneo al que a medio o largo plazo le comenzarán a salir unas grietas que poco a poco se irán haciendo más grandes hasta conseguir que la estructura finalmente se derrumbe.

Un filme tan minimalista en su apariencia como ‘Locke’ requiere de un guión muy calculado y elaborado para conseguir atrapar al espectador. He aquí donde las llamadas con sus subtramas cobran verdadera importancia y acaban siendo las co-protagonistas de las película. Cada llamada supone un grado de tensión más en la historia y en la difícil situación en la que se ha visto involucrado el personaje de Ivan, que ve como sus problemas se van acumulando y que intenta corregir para hacer lo correcto: conseguir que el bombeo de hormigón para construir el edificio salga bien, explicar toda la verdad a su mujer Katrina e ir a ver a Bethan, la mujer que le ha dejado el mensaje.  Fundamental para entender el comportamiento y la decisión de Ivan es la figura de su padre fallecido, el imperceptible acompañante en su viaje, un hombre al que detesta profundamente y al que intenta demostrar con su actitud y decisión de afrontar su error que es mucho mejor que él en todos los sentidos.

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Que la trama suceda íntegramente en un coche no supone problema alguno para la película. El director con un guión atractivo, intenso y muy bien trabajado y una puesta en escena firme y cercana a lo teatral que alterna con diferentes planos del personaje y de la carretera tiene suficiente para lograr que el filme funcione. A todos estos factores hay que añadir al de Tom Hardy, el protagonista de la película. El actor británico visto en filmes como ‘Bronson’, ‘Origen’ o ‘El caballero: la leyenda renace’ realiza una actuación espléndida, uno de los mayores logros del personaje de Ivan Locke es su humanización, como espectador resulta sencillo entender el comportamiento de Locke ante tal situación y consigue que se ponga en la piel del personaje y llegue a pensar en cómo actuaría si estuviera en la misma circunstancia. Con sus expresiones y gestos, Hardy consigue transmitir la serenidad que habita en Locke, que pese a la situación es capaz de decirse a sí mismo que será capaz de arreglar la situación y que todo volverá a la normalidad. No resulta fácil para un actor estar solo en pantalla durante la totalidad del filme, pero Hardy con su interpretación sabe solventar esa dificultad perfectamente. Los actores secundarios, a los que únicamente se les oye sus voces, también hacen un buen trabajo, sobre todo los personajes femeninos, los más importantes para el protagonista como son Bethan, a la que pone voz Olivia Colman y Katrina con voz de Ruth Wilson.

La nocturna fotografía a cargo de Haris Zamarloukos y la partitura de Dickon Hinchliffe acompañan al protagonista por la autopista británica hasta llegar a su destino y así poder enfrentarse a su error. ‘Locke’ es una película inusual y arriesgada, una teatralizada road movie que combina el drama con el thriller en un intenso ‘tour de force’ que se aleja de convencionalismos para convertirse en una de las propuestas más sorprendentes del año.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Steven Knight, Tom Hardy

CRÍTICA: Lucy (2014)

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7 estrellasTítulo original: Lucy. Año: 2014. Duración: 90 min. País: Francia. Director: Luc Besson. Guión: Luc Besson. Fotografía: Thierry Arbogast. Música: Eric Serra. Reparto: Scarlett Johansson, Morgan Freeman, Choi Min-sik, Amr Waked, Yvonne Gradelet, Jan Oliver Schroeder. Productora: Universal Pictures. Género: Drama. Estreno (Estados Unidos): 25/07/2014. Estreno (España): 22/08/2014.

¿Qué pasaría si las personas llegáramos a utilizar el 100% de nuestra capacidad cerebral? Esa es la pregunta y la principal premisa de ‘Lucy’ de Luc Besson. El director, guionista y productor francés siempre se ha caracterizado por hacer un cine basado puramente en la acción, pero en esta ocasión se decide por añadir el componente de la ciencia ficción, algo que no hacía en la faceta de director desde ‘El quinto elemento’, que sigue siendo una de sus películas más destacadas. En ‘Lucy’, la inocente protagonista que da nombre a la película se ve obligada a ejercer de mula de drogas para unos mafiosos taiwaneses. Cuando el paquete que tiene introducido en el abdomen se abre y su cuerpo absorbe parte de la substancia, su actividad cerebral aumenta a niveles sorprendentes y sus habilidades sobrehumanas son cada vez mayores.

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Luc Besson no piensa exclusivamente en el entretenimiento más elemental, de hecho hace una reflexión sobre la evolución tanto de la vida en si misma como de la humanidad desde el comienzo del filme con la representación de la división de células y la imagen de una Australophitecus en un rio. La historia viene apoyada por las teorías y las hipótesis del personaje del profesor Samuel Norman relacionadas con las capacidades cerebrales de los seres vivos y más concretamente de las personas y que Besson complementa con la intercalación de imágenes de carácter documental. Las ideas y conocimientos de Norman de lo que sucedería si la capacidad de nuestra mente fuera mayor a un 10% (teoría que es falsa en realidad), se ven cumplidos con Lucy, que medida que avanzan las horas ve como es capaz de colonizar su cerebro y tener poderes tan extraordinarios como la telequinesia o el control de la materia. Todo ese cúmulo de conjeturas científicas, metafísicas y con ecos trascendentes logran que el filme tenga una apariencia ingeniosa y compleja que finalmente no resulta ser tan determinante, pero ayudan a generar un interés palpable durante el desarrollo de la historia.

Es evidente que el argumento de ‘Lucy’ es disparatado por lo surrealista y desmesurada que puede resultar, pero ahí reside parte de su encanto, además cuenta con un montaje ágil que consigue otorgar a la película un ritmo vertiginoso en algunos tramos de la película sin dar demasiadas concesiones al espectador y que juega con el tiempo, aspecto destacable en la trama, para poder funcionar en la escasa hora y media de duración, un hecho a destacar en comparación al resto de producciones similares que se acercan o superan las dos horas. Durante ese tiempo, Besson sabe darle a la película casi la misma velocidad que la que tiene mentalmente el personaje de Lucy. El director está especialmente desatado en la dirección y aprovecha la descabellada trama (que el mismo se ha encargado de escribir) con la gran variedad de superpoderes de la protagonista para conseguir situaciones irracionales que acaban derivando a momentos divertidos.  Tampoco tiene ningún reparo en hacerse un autohomenaje: primero utilizando dos temas destacados en su filmografía como la venganza y la mafia con las influencias evidentes de ‘Nikita, dura de matar’ y ‘Léon (El profesional)’ y después parodiando a la saga ‘Taxi’, que el propio  Besson se encargó de producir y de escribir.

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Varias señas de identidad del cine del realizador francés están presentes en la película, pero en esta ocasión prefiere optar más por las ciencia ficción y la espectacularidad de los efectos visuales por encima de las escenas acción, más escasas y breves de lo que se podía esperar. Si el filme cumple como entretenimiento también lo hace Scarlett Johansson como protagonista. Johansson es una actriz a la que no se le resiste ningún papel, ha trabajado con todo tipo de directores y en una gran variedad de géneros. El papel de superheroína que interpreta con Lucy es la evolución de su papel de Viuda Negra en ‘Los Vengadores’: inteligente y calculadora, con el añadido de sus habilidades mentales. No es un trabajo que implique mucho esfuerzo a nivel interpretativo, pero el carisma de la actriz logra capitanear la película de principio a fin. A Johansson la acompaña Morgan Freeman, más aprovechado que en anteriores películas. Su personaje tiene el objetivo de dar a entender el funcionamiento del cerebro humano y a su vez sirve de introductor a los cambios que irá teniendo la protagonista. Como villano del filme se encuentra el coreano Choi Min-sik conocido por protagonizar ‘Oldboy’ y ‘Encontré al diablo’, su presencia breve pero imponente tiene un papel importante en el inicio de la película.

Resulta interesante ver como en los últimos minutos el filme parece imitar en sus imágenes al mundo naturalista y onírico de Terrence Malick (guiño divino incluido) en una película que sabe muy bien cuáles son sus pretensiones. Una locura gozosamente disfrutable con un Luc Besson en estado de gracia.

Sergio Montesinos (@Sergiomc90)


Tagged: Choi Min-sik, Morgan Freeman, Scarlett Johansson

CRÍTICA: El Congreso (2013)

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4 estrellas

Título original: ‘The Congress’. Año: 2013. Duración: 117 min. País: Israel. Director: Ari Folman. Guión: Ari Folman. Fotografía: Michael Englert. Música: Max Richter. Reparto: Robin Wright, Harvey Keitel, Danny Huston, Paul Giamatti, Jon Hamm, Kodi Smit-McPhee. Productora: Pandora Filmproduktion. Género: Drama. Estreno (Francia): 3/07/2013. Estreno (España): 29/08/2014.

La carrera de la actriz Robin Wright se fundamenta en dos papeles que le dieron la fama mundial: el de la princesa Buttercup en ‘La princesa prometida’ y el de Jane en ‘Forrest Gump’. Muchos años han pasado desde aquellas interpretaciones y desde entonces no ha sabido elegir bien sus proyectos participando en películas menores o sin demasiada repercusión en taquilla. Por delante de su oficio puso a sus dos hijos: Sarah y Aron, este último con una enfermedad degenerativa que le dejará ciego y sordo en unos años. Sin demasiado dinero y viviendo en un hangar de un aeropuerto, un estudio le ofrece el último contrato de su vida: escanearla tanto física como emocionalmente y así poder pertenecer al estudio únicamente como un personaje digital aunque muy cercano a lo real en una nueva reinvención en el mundo de la interpretación. Robin Wright se interpreta a sí misma (a excepción de su vida familiar) en ‘El Congreso’, la cuarta película del director israelí Ari Folman, que adapta libremente la novela ‘Congreso de futurología’ de Stanislaw Lem. La premisa del filme no dista demasiado de lo que realmente ha sido la carrera de la actriz, ahora en alza al co-protagonizar juntamente con Kevin Spacey la serie ‘House of Cards’.

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Las referencias (parcialmente verdaderas) a la trayectoria de Robin Wright y la creación de actores y actrices digitales son solo una de las partes, pese a ser los catalizadores de la historia, que conforman ‘El Congreso’. Una vez transcurrido ese soberbio y sorprendente segmento cercano a la ciencia-ficción, el filme pasa de actores reales a la animación en el que la Wright auténtica es invitada a un congreso futurista del estudio que la escaneó donde solo tiene cabida la animación. De ese modo, el director israelí vuelve a la ilustración dirigida al público adulto, muy alejada de estudios como Pixar o Dreamworks, y que tan buenos resultados le dio con ‘Vals con Bashir’, su anterior filme. Una película que se acercaba al género documental y que tenía como base la guerra del Líbano a principios de los 80, donde el protagonista era el propio director, que buscaba, con la ayuda de antiguos compañeros del ejército, indagar en los recuerdos que había perdido.

En ‘El Congreso’, las posibilidades infinitas de la animación sirven para mostrar la irrealidad de ese mundo animado y colorido. Al adentrarse en un perfecto universo onírico, la película se vuelve algo confusa a la par que reflexiva donde las alucinaciones y los sueños son protagonistas de la trama y persiguen a Robin Wright a lo largo de la película, como ocurre con el personaje de Ari en ‘Vals con Bashir’. Este es un filme con multitud de interpretaciones y pese que algunos aspectos se resuelven hacia el final, invita a que quien la vea saque sus propias conclusiones en las distintas ideas que plantea. En esta sección animada, el juicio al mundo del cine sigue presente, si bien se aleja de la revolución actoral de la primera parte del filme, destaca por la idea de la consumición del cine de un modo literal, como si se tratara de un mero producto, una fantasía química en la que cualquiera puede elegir quien quiera ser con tan solo tomar una droga.

Film still from The Congress by Ari Folman

La construcción de un espacio donde la utopía prevalece en la era llamada como ‘libre elección’ ha conseguido una vida sin frustraciones que dista mucho de la dolorosa y sobrecogedora realidad que se rebela en el último tramo de la película. Folman juega con la realidad y la fantasía y las une para formar un discurso crítico al que retrata a una sociedad falsamente perfecta ligada a la contaminación alucinógena. La animación no es un factor gratuito para la película, su utilización va muy ligada con lo que el director quiere narrar y que con la imagen real no hubiera conseguido el poderío visual llega a alcanzar el filme. La animación es uno de los pilares de ‘El Congreso’, como lo fueron anteriormente en ‘Vals con Bashir’, las ilustraciones muestran un mundo futurista que se combina con la fantasía que viven todos sus habitantes. La espectacularidad y belleza de las imágenes junto con una gran banda sonora completan una poesía visual que suple algunos momentos donde la historia decae en interés, pero que acaba recuperándose conforme se acerca el final.

El otro pilar es Robin Wright. La película abre con un primer plano de la actriz entre lágrimas que sirve como preludio de la gran emotividad que rodea a su personaje. Wright aprovecha la oportunidad de interpretarse a sí misma para brindar una interpretación que parece tan auténtica como ella misma. La secundan actores como Danny Huston, Paul Giamatti o Kodi Smith-McPhee, de gran importancia en el desenlace, pero es el veterano Harvey Keitel, que interpreta al representante de Robin Wright, el que deslumbra con un monólogo impresionante hacia la mitad del filme.

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Como película metacinematográfica que es, ‘El Congreso’ trata varios frentes del mundo del séptimo arte como la decadencia de una actriz, una nueva era sin intérpretes ‘reales’ y una concepción del cine muy distinta de cómo se conoce hoy en día. Ari Folman ha creado una película espectacular tanto en lo visual como en lo narrativo y que, además, invita a la meditación. Una de las experiencias cinematográficas más alucinantes de los últimos años.

 Sergio Montesinos


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CRÍTICA: Destino Marrakech (2013)

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destino_marrakech-cartel-57013 estrellas

Título original: ‘Exit Marrakech’. Año: 2013. Duración: 122 min. País: Alemania. Director: Caroline Link. Guión: Caroline Link. Fotografía: Bella Halben. Música: Niki Reiser. Reparto: Ulrich Tukur, Samuel Schneider, Hafsia Herzi, Marie-Lou Sellem, Josef Bierbichler. Productora: Desert Flower Filmproduktion. Género: Drama. Estreno (Alemania): 24/10/2013. Estreno (España): 05/09/2014.

Las relaciones familiares son un tema muy recurrente en la filmografía de la directora y guionista alemana Caroline Link. Ya en su ópera prima, ‘Más allá del silencio’, iniciaría su predilección por los conflictos paterno-filiales enfrentando a Lara, una joven clarinetista con Martin, su padre sordo, en ‘Un lugar de África’, película que ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa, presentaba la historia de una familia burguesa judío-alemana que tenía que huir a Kenia en la época de la Segunda Guerra Mundial y adecuarse a las costumbres de su nuevo hogar. En ‘Destino Marrakech’, su quinta película como realizadora, Link vuelve a viajar a África, en este caso a Marruecos, para contar la historia de Heinrich, un directo de teatro de gira en Marrakech y su hijo adolescente Ben, al que apenas ve y que se ve forzado a pasar las vacaciones con su padre. Ese viaje le servirá a Ben para encontrarse a sí mismo y conocer más en profundidad a su padre.

‘Destino Marrakech’ supone el regreso de la directora alemana a la temática de las complejas relaciones padre-hijo. Dos personas que más que familia parecen dos extraños que apenas saben el uno del otro. Heinrich decidió dedicarse tiempo atrás exclusivamente al teatro, ese hecho le distanció de su familia (divorcio incluido) y sobre todo de un hijo del que apenas sabe algo. A parte del encuentro entre ambos personajes, el filme también trata la experiencia de un extranjero en un país que no conoce y con una cultura, la árabe, muy distinta a la occidental. El choque cultural es uno de los elementos más destacados de la película, como sucede con Jettel, Walter y en especial a Regina en su estada de varios años en Kenia en ‘En un lugar de África’, a Ben todo ese mundo extraño y desconocido le va dejando huella a medida que va conociendo por su cuenta y a espaldas de su padre las costumbres del país y su gente y especialmente a Karima, una joven prostituta que le hará conocer la Marrakech menos lujosa y vistosa, la que se encuentra apartada de los riads que los ricos europeos han ido comprando en las última décadas. El amor imposible entre Ben y Karima sirve para conocer el punto de vista conservador de la familia de ella, contraria a que su hija esté con un adolescente alemán burgués.

La efímera relación entre Ben y Karima no deja de ser una experiencia más sin demasiada repercusión en la trama en un viaje de liberación personal con Marruecos como telón de fondo. Un país rodado al más puro estilo documental con la población, los mercados, el ambiente nocturno y sus maravillosos y espectaculares paisajes. Tanto destacan las localizaciones que en ciertos momentos del filme llegan a ser más importantes que la propia trama de la película cuyo conflicto no llega hasta los últimos 40 minutos de metraje, cuando Heinrich encuentra a su hijo, después de que éste llevara varios días solo explorando y descubriendo el país. El reencuentro entre padre e hijo sirve para liberarse y sincerarse el uno del otro. Heinrich tiene la oportunidad, después de un tiempo sin verlo, de poder relacionarse con su hijo y de responder a las cuestiones que Ben le hace sobre el escaso interés que ha tenido hacia él, una vez ha decidido formar una nueva familia. Los silencios y unos diálogos cortos pero punzantes gobiernan parte del conflicto entre dos personas que pese a sus diferencias y reproches han de admitirse mutuamente.

Un suceso tan inesperado como efectivo para los intereses del filme en el tramo final ayuda a desencallar un ritmo demasiado lento que acaba desembocando en el final optimista que suele acompañar a las películas de la directora. Pese a sus errores narrativos, el conflicto entre padre e hijo resulta auténtico de cara al espectador y consigue resaltar en el conjunto, pero eso no se traduce en una empatización con los dos personajes en la mayoría de momentos del filme. Ulrich Tukur que interpreta a Heinrich y Samuel Scheider en el papel de su hijo Ben hacen unas interpretaciones correctas, pero no consiguen la carga dramática y emotiva en los momentos que lo requieren. El personaje de Karima, que interpreta Hafsia Herzi, es el más destacado de la película por la crítica social que aporta pese a estar desaprovechado.

Un fantástico diseño de producción es lo más atractivo del filme con unos planos que resaltan los espectaculares y dispares rincones de Marruecos y que provocan una sensación de evasión durante el tiempo que dura la película. Caroline Link es una gran narradora visual y en ‘Destino Marrakech’ lo vuelve a demostrar captando la atmosfera del país, una película que pese algunos fallos en la narración es realista en el modo que trata los conflictos familiares.

Sergio Montesinos


Tagged: Hafsia Herzi, Samuel Schneider, Ulrich Tukur

ENTREVISTA: Caroline Link – Destino Marrakech

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La directora alemana Caroline Link ha estado unos días en España presentando su última película, ‘Destino Marrakech’. En La voz en off, junto con Sala 1, Revista Digital de Cine, hemos tenido la oportunidad de entrevistarla.

La voz en off‘Destino Marrakech’ es su segunda película en África después de ‘En un lugar de África’.  ¿Cómo fue la experiencia de rodar la película en Marruecos con otra cultura?

Marruecos es un país de cine y ahí se rueda muchísimo cine, cosas ambientadas teóricamente en Oriente Medio y en otros países se ruedan ahí. Es un país con muy buenos profesionales, puedes alquilar equipos, no hay ningún problema en este sentido, pero por otro lado, la cultura musulmana es una cultura que primero hay que conocer sus reglas del juego y trabajar bien ahí.

Es un país donde no todo el mundo quiere que le filmen y no puedes entrar en un mercado y con la cámara ponerte a rodar como un loco, sino que primero hay que intentar llegar a acuerdos con estas personas porque hay muchas que no quieren ser filmadas, sobre todo mujeres. Entrabas en situaciones donde decías: “¿Qué hago ahora? ¿Intento arriesgarme, monto la cámara y ruedo en plan documental una escena de un mercado, captando la atmosfera que es tan fantástica o tengo que reconstruirlo con figurantes, con extras alrededor de los actores?”. A veces se hace complicado.

En los pueblos, en las aldeas, si entrabas ahí con mucho respeto, no tenían ningún problema, pero no podías darle la sensación de estar ahí invadiéndolos mucho, sino que entrabas con respeto y no llegabas con tus dólares y con la sensación de que con dinero se podía conseguir cualquier cosa.

Sala 1 - Me gustó mucho la parte de la película donde graba la Marrakech real, por el dinamismo de la cámara y es muy similar a un documental. ¿Todos los planos estaban ya preparados o había la intención de parecer un documental?

Era una combinación de ambas. Por ejemplo, en la plaza principal de Marrakech había momentos en que estábamos situados en tejados y filmábamos desde arriba al chico que va paseando por los puestos del mercado, pero siempre que había escenas donde las personas tenían que estar más tiempo en pantalla entonces sí que rodábamos con figurantes.

Sala 1 – Hay una parte en la película en la que un periodista entrevista a Heinrich y habla sobre la parte de la exclusión del teatro y la cultura a la mayoría de la población y sus preocupaciones y hay una parte dónde él comenta que todo suele ser europeo. ¿Hay una división social en materia cultural allí?

Es un problema creciente y es que hay muchos europeos acomodados que compran riads en la medina y las ciudades y hay calles enteras de barrios que están cerradas porque las medidas de seguridad no permiten que los marroquíes pasen por ellas y la verdad es que los marroquíes ya están un poco hartos de esta situación.

La voz en off – Las relaciones familiares son un tema muy recurrente en su filmografía. ¿Qué es lo que le atrae de ese tema?

Creo que a través de la familia se puede explicar muy bien cómo funciona una sociedad, en este caso se trata de que el padre, el que está acostumbrado a ser el fuerte, el que lo domina todo y el que sabe de todo, tiene que entender que su hijo ya no es un niño, que se ha convertido en un adulto y que él tiene unas determinadas debilidades que debe admitir. Me interesa muchísimo el conflicto y la comunicación entre generaciones. La familia es el engranaje social más pequeño, más compacto que hay y que a través de él se puede explicar muy bien cómo funciona la sociedad.

Sala 1 – Otro tema recurrente en sus películas es el arte. En ‘Más allá del silencio’ era la música, en ‘Hace un año en invierno’ la pintura y en ‘Destino Marrakech’, el teatro en el caso de Heinrich y la literatura en el caso de Ben. ¿Es su cine una manera de expresión personal y de crecer como persona?

Para mí, mi profesión es una expresión de mis sentimientos y de mis emociones, también me doy cuenta, por ejemplo, de que cada vez no sé si son más pensativas o melancólicas las películas que hago a medida que me voy haciendo mayor y eso es algo que no siempre puedo influir yo, sino que es la voz con la que me expreso. ‘Más allá del silencio’, mi primera película, es extremadamente optimista y con el tiempo mis películas ya no lo son tanto. Es la voz con la que hablo, es como hablar un idioma, no puedo hacerlo de otra manera.

La voz en off – En 2002, su película ‘En un lugar de África’ ganó el Oscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Después de aquello, ¿tuvo ofertas para trabajar en Estados Unidos o bien le ha ayudado en siguientes proyectos?

La verdad es que sí que tuve ofertas de Estados Unidos después de recibir el Oscar. Fue un momento difícil, ya que al mismo tiempo de ganar el Oscar fui madre por primera vez, tenía 38 años, una edad no tan joven para ser madre, pero muy contenta de serlo al fin y uno de los proyectos que me ofrecieron me interesaba muchísimo, me hubiera encantado hacerlo, era con equipo y un guión estupendos, con actores muy buenos, pero habría significado pasar medio año en China y eso por distintos motivos en esos momentos no pude ni quise hacer y no necesariamente quiero hacer una película en Estados Unidos para poder decir que he hecho una película allí, tiene que ser algo que me interese. Me han ofrecido cosas bastante bobas, la verdad.

Sala 1 – ¿Con qué parte de la realización de una película disfruta más?

Depende de la situación, cuando llevo mucho tiempo rodando echo de menos la tranquilidad de mi despacho y poder escribir, investigar y documentarme y cuando llevo mucho tiempo escribiendo y documentándome tengo unas ganas locas de rodar. También me gusta estar en la sala de montaje, pero creo que lo que más me gusta es el descubrimiento, poder explorar un mundo que yo no conozco más que en mi fantasía y quiero explorar y conocer bien para poder realizar la película.

Sala 1 - ¿Ha pensado o le gustaría rodar otro tipo de género, como la comedia, por ejemplo?

Me han ofrecido hacer algunas comedias, nadie me ha ofrecido nunca un thriller, creo que la gente piensa que no puedo hacerla y seguramente tienen razón. Me gusta que haya humor en mis películas, que uno se pueda reír en un momento dado de la película, pero comedia creo que no, mi expresión natural es el drama.

La voz en off – Este año el cine español ha sufrido importantes recortes por parte del Gobierno. ¿Cuál es la situación del cine en Alemania?

La situación está en que hay muchas escuelas de cine en Alemania, cada año se titulan 100 directores nuevos y claro, toda esta gente quiere hacer cine y no hay suficiente presupuesto y dinero para que se hagan películas de presupuestos grandes. Tenemos dinero de la televisión, del Ministerio, pero no son arcas demasiado grandes y entonces quizás la solución pasaría en que todos estos jóvenes directores aprendan a hacer películas con presupuestos mucho más bajos, aprovechen las nuevas tecnologías, la digital, por ejemplo, y hay gente que lo está haciendo, hacen películas enteras con su cámara de fotos y seguramente la solución pase un poco por ahí.

Ha cambiado muchísimo desde que yo empecé, hay muchas más películas y también hay mucha más presión, ya que te echan de las salas rapidísimo, ya no estás tanto tiempo en las salas proyectando tu película y las cosas cambian muchísimo más deprisa. Mi primera película estuvo medio año en cartel, esto ahora es impensable.

Sala 1 - ¿Cuáles son sus influencias y qué tipo de cine le gusta ver?

Cuando quiero entretenerme, muchas veces veo películas americanas, me lo paso bien, pero las que realmente me tocan la fibra suelen ser películas europeas. No es que tenga un director favorito, pero sí que durante un tiempo, cuando empezaba a escribir me interesaban mucho las películas de Truffaut y otros que explicaban historias de familias y relaciones, que no necesariamente siguen una trama muy gruesa, sino que sobre todo son películas muy atmosféricas.

‘Destino Marrakech’ se estrena el 5 de septiembre.

 Sergio Montesinos


Tagged: Caroline Link

CRÍTICA: Hércules (2014)

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Título original: ‘Hercules’. Año: 2014. Duración: 98 min. País: Estados Unidos. Director: Brett Ratner. Guión: Ryan Condal, Evan Spiliotopoulos. Fotografía: Dante Spinotte. Música: Fernando Vázquez. Reparto: Dwayne Johnson, Rufus Sewell, Bolsø Berdal, Aksel Hennie, Ian McShane, Joseph Fiennes, Rebecca Ferguson, John Hurt. Productora: Paramount Pictures. Género: Acción. Estreno (Estados Unidos): 25/07/2014. Estreno (España): 05/09/2014.

Entre tanto remake, reboot, superhéroes y secuelas, en la poco imaginativa industria de Hollywood también llevan muchos años haciendo películas que comparten los mismos personajes o un argumento muy similar y que se estrenan el mismo año, algunos ejemplos son ‘Deep Impact’ y ‘Armageddon’, ‘El ilusionista’ y El truco final, ‘Blancanieves (Mirror, Mirror)’ y ‘Blancanieves y la leyenda del cazador’ o ‘Asalto al poder’ y Objetivo: La Casa Blanca. Este año le ha tocado el turno a Hércules, primero con el estreno de ‘Hércules: el origen de la leyenda’ y ahora con la llegada de ‘Hércules’. Esta nueva versión con el héroe griego como protagonista adapta la novela gráfica ‘Hercules: The Thracian War’, en ella Hércules y su equipo son contratados por el rey de Tracia para entrenar a sus tropas y vencer al temido ejército de Reso.

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Una de las novedades que aporta esta nueva adaptación de Hércules dirigida por Brett Ratner es el tratamiento del personaje. En el filme, pese a citarlo como hijo de Zeus y narrar las batallas que lo enfrentaron contra criaturas mitológicas, Hércules más que un Dios es un mero mercenario que junto a su leal y versátil banda trabaja al mejor postor para ganarse la vida. En la película se encuentran influencias de filmes como ‘Conan el bárbaro’ o más recientes como ‘Furia/Ira de Titanes’ e incluso ‘300’ y ‘Thor’. Las reminiscencias a los títulos mencionados son evidentes, sobre todo en el diseño de producción y en su puesta en escena, pero sin abusar tanto de la cámara lenta, un recurso muy utilizado en otras películas de la misma temática. Las escenas de acción son predominantes e incluso extensas en duración, pero no logran la épica y la grandilocuencia que se podía suponer optando por ser efectiva y visualmente llamativa aunque convencional en su ejecución, sin arriesgar en exceso.

Ratner, que ya tiene experiencia en el cine de acción al haber dirigido la trilogía de ‘Hora punta’ y ‘X-Men: La decisión final’, entre otras, siempre ha sido un realizador cuyas películas son tan espectaculares en el apartado visual como desaprovechadas en su realización, como se pudo comprobar en la floja tercera parte de la saga de los superhéroes mutantes, pero al contrario sí que ha demostrado ser un gran dominador de la comedia y hacer un bien uso de ella y en ‘Hércules’ es un recurso que utiliza en numerosos momentos y que son de agradecer. La acción y el humor en forma de cortos y muy efectivos gags sobresalen en un guión con una historia muy simple, que prefiere dejar las leyendas en simples historias para optar en darle al conjunto un punto de objetividad que no han tenido anteriores películas o series basadas en el personaje, un Hércules mucho más humanizado de lo habitual pese a mantener su heroicidad, al que le persigue un triste suceso familiar que ocurrió en el pasado y que si bien está introducido toscamente en forma de flashbacks, encuentran sentido e importancia en el tramo final de la película. La incorporación de otros guerreros que ayudan al propio Hércules en las batallas, sin dejar de ser personajes secundarios, ayuda a generar un grado de dinamismo y de interacción que sin ellos hubiera resultado algo pobre, ya que la amistad existente en el grupo es importante para entender el comportamiento de Hércules y el del resto de sus compañeros.

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El tono desvergonzado, donde la brutalidad que suele haber en este tipo de producciones tiene cabida en algunas escenas, ayuda a las escasas pretensiones de la película cuyo principal e único objetivo es el de entretener durante los 98 minutos de metraje. Más allá del entretenimiento que logra con bastante acierto aunque con un ritmo variable, cabe destacar la figura de Dwayne Johnson. El actor, también conocido como ‘The Rock’, encaja en el papel de Hércules, dándole al personaje más músculo que cerebro con una presencia imponente que predomina en las secuencias de acción, pero que decae en las escenas dramáticas y en las que se analiza la humanización del personaje. Del extenso y conocido reparto de secundarios destacan Rufus Sewell y Ian McShane como Autólico y Anfiarao, dos miembros del grupo de guerreros de Hércules y que ofrecen momentos divertidos, sobre todo el segundo. La película también cuenta con el veterano John Hurt como rey de Tracia, un personaje de importancia exponencial a medida que transcurre el filme.

La inclusión de un falso villano y el posterior giro argumental en el que la venganza y la justicia toman protagonismo en la trama consiguen que el interés incremente en la parte final de una película que puede considerarse como uno de los mejores trabajos del irregular director Brett Ratner, que a pesar de desigualdades notables en la narración, hace de su honestidad y nula pretenciosidad sus principales atractivos para su disfrute.

Sergio Montesinos


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CRÍTICA: Boyhood (2014)

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Título original: ‘Boyhood’. Año: 2014. Duración: 166 min. País: Estados Unidos. Director: Richard Linklater. Guión: Richard Linklater. Fotografía: Lee Daniel, Shane Kelly. Reparto: Ellar Coltrane, Patricia Arquette, Ethan Hawke, Lorelei Linklater. Productora: IFC. Género: Drama. Estreno (Estados Unidos): 11/07/2014. Estreno (España): 12/09/2014.

La vida bien puede semejarse con un largo viaje en tren. Los vagones de los que consta ese tren representan las diferentes etapas en las que nos desarrollamos: infancia, niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez. En cada vagoneta, cada persona se irá encontrando a las personas con las que compartirá cada ciclo, como la familia y los amigos. Pero ese tren va haciendo paradas y en cada una de ellas habrá gente que decida tomar otro camino distinto y baje, y gente nueva que subirá con la que compartir nuevas experiencias. Una vez se acaba una etapa, pasarán con nosotros al siguiente compartimento algunas de las personas con las hemos convivido o hemos tenido a nuestro alrededor. Dicho tren, pese a que lo dirigimos nosotros, tiene como motor fundamental el tiempo, que es del todo incontrolable. Esta metáfora, sin ser original, puede servir para introducir ‘Boyhood’, que muestra la vida de Mason, al que hace un seguimiento desde que es un niño hasta su entrada a la universidad.

‘Boyhood’ es el trabajo cosechado por Richard Linklater a lo largo de 12 años, un proyecto ambicioso que complementa y se asimila al tríptico ‘Antes del amanecer/atardecer/anochecer’ que el propio director dirigió en 1995, 2004 y 2013 sobre la historia de Céline y Jesse y su evolución a lo largo de los esos 18 años con su encuentro en el tren, su reencuentro en París y finalmente su relación como pareja. Ambos filmes comparten un uso real del tiempo, un elemento destacable con el que Linklater narra sus películas. ‘Boyhood’ es una película que por la manera en como que está pensada y realizada parece única, y si bien no hay muchos antecedentes, ya existen otros proyectos similares que han sido dirigidos y se han ido confeccionando a lo largo de los años. Un ejemplo se encuentra en el documental ‘American Promise’, que seguía durante el mismo periodo de tiempo en el que se ha hecho ‘Boyhood’ a dos niños afroamericanos y a sus familias desde el punto de vista de su evolución y progreso en la educación y su posterior distanciamiento, ya que uno siguió en la escuela privada, mientras que el otro tuvo que irse a un colegio público. Otro ejemplo mucho más cercano lo encontramos en la serie española ‘Cuéntame’ que lleva emitiéndose desde 2001 y que presenta el paso del tiempo de la familia Alcántara.

Preparar y dirigir una película a tan largo plazo implica que el guión pase por un proceso de adaptabilidad conforme van avanzando los personajes y los acontecimientos que se desarrollan en su entorno. Uno de los puntos destacables de este filme se encuentra en su capacidad de dejar en un segundo plano, e incluso prescindir, de la narración de la historia para focalizar en la presentación y la muestra de los personajes de la película, ya que Linklater está más preocupado por la estructura, con el tiempo como principal y más importante herramienta, que en la propia trama con el objetivo de hacer una representación de la vida de los personajes del filme. Como en la ya mencionada trilogía de ‘Antes del amanecer/atardecer/anochecer’ o ‘Slacker’, ópera prima del director, la cotidianidad y la naturalidad hacen acto de presencia. A lo largo de la película se suceden una gran cantidad de situaciones y de diálogos que desprenden una increíble espontaneidad que consiguen dotar al filme de una gran credibilidad.

La película invita al espectador a adentrarse de manera intimista en la vida de Mason y de las personas que lo rodean, principalmente su familia: Samantha, su hermana mayor y sus padres divorciados. El hecho de pertenecer a una familia desestructurada, le obliga a tener que asumir que durante su infancia solo puede ver a su padre los fines de semana y en vacaciones y adaptarse a los cambios de pareja constantes de su madre y con ellos, nuevos lugares donde vivir y nuevas escuelas con otros compañeros. A medida que va creciendo se puede observar (en unas elipsis temporales imperceptibles), no únicamente los lógicos cambios físicos, sino también, sus preocupaciones, motivaciones e intereses, incluyendo las dos preguntas claves que muchas veces nos hemos/han hecho: ¿Qué quieres ser? y ¿Qué quieres hacer? Linklater quiere que el espectador se identifique con las situaciones que viven tanto protagonista como el resto de personajes y haga un ejercicio de memoria y pueda recordar las etapas vividas presentes en la película. La inclusión de referencias sutiles a la época que viven como pueden ser la Game Boy Advance SP o la Wii en el terreno de los videojuegos, la campaña electoral entre Obama y McCain, sagas literarias como ‘Harry Potter’ o ‘Crepúsculo’ o la repercusión de las redes sociales y los smartphones ayudan a entender y conocer la época. La música también tiene un papel destacable en la película, canciones como ‘Yellow’ de Coldplay que abre el filme, ‘Somebody that I used to know’ de Gotye o cantantes como Britney Spears y Lady Gaga sirven como banda sonora generacional. Tampoco faltan las referencias a artistas ya consagrados como Bob Dylan o referencias a los Beatles en un disco especial que el propio padre de Mason le regala en uno de sus cumpleaños.

Los actores y actrices merecen un capítulo aparte. Como los personajes a los que interpretan durante más de una década, han sufrido cambios significativos, no únicamente en la apariencia, sino también en su proceso de maduración. En el caso de Ellar Coltrane, el descubrimiento de la película y principal protagonista, es el vivo ejemplo del crecimiento como persona y de las diferentes etapas por las que pasamos, para convertirse en un creíble reflejo de nosotros mismos. Lo mismo se podría decir de los intérpretes que lo acompañan, Patricia Arquette es la imagen de una madre que no tiene suerte con las relaciones amorosas, con diversos divorcios a sus espaldas, pero que tras conseguir ser profesora de universidad, se esfuerza para sacar adelante su vida y la de sus hijos. Se podría decir que es la antítesis del personaje de Ethan Hawke (actor fetiche de Linklater), un padre que a su vez hace el papel de colega y consejero de sus hijos, pero que a diferencia de su ex-mujer, sí consigue formar una nueva familia. Para cerrar el círculo familiar de Mason se encuentra Samantha, su hermana mayor, que interpreta Lorelei Linklater, hija del director, compañera de juegos en la infancia y aunque se vayan distanciando a medida que sus personajes llegan a la juventud, siempre está ahí. Linklater, como ya hecho en otras películas, vuelve a hacer un estudio de los personajes y su relación con los demás.

‘Boyhood’ es una película con una puesta en escena formal que no destaca en exceso a excepción de algunos planos, el protagonismo se lo lleva todo ese collage de momentos de los que está construida, algunos de ellos más interesantes que otros, pero que sirven para contar la vida de los personajes y que convierten ‘Boyhood’ en una elogiable hazaña cinematográfica. La vida misma hecha película.

Sergio Montesinos 


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CRÍTICA: Torrente 5: Operación Eurovegas (2014)

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2 estrellas

Título original: ‘Torrente 5: Operación Eurovegas’. Año: 2014. Duración: 105 min. País: España. Director: Santiago Segura. Guión: Santiago Segura. Fotografía: Teo Delgado. Música: Roque Baños. Reparto: Santiago Segura, Julián López, Jesús Janeiro, Fernando Esteso, Carlos Areces, Angy Fernández, Alec Baldwin, Anna Simón. Productora: Amiguetes Entertainment. Género: Comedia. Estreno (España): 03/10/2014.

Estamos muy acostumbrados a la sagas cinematográficas procedentes de Hollywood, ya sean de superhéroes, en esa batalla entre la Marvel y DC que no parece tener fin; literarias, como lo fueron los fenómenos de ‘Harry Potter’ y ‘Crepúsculo’ o lo siguen siendo ‘Los juegos del hambre’ y las diferentes misiones de James Bond; o los filmes de personajes ya míticos como Rocky Balboa, Rambo, Freddy Krueger o Jason Voorhees, sin olvidar ‘Star Wars’ y ‘Star Trek’, en definitiva, un sinfín de sagas que engloban todo tipo de géneros y que llegan continuamente a las carteleras. El cine español no es muy dado a las sagas longevas, de hecho, pocas superan la duología, pero se encuentran dos excepciones: ‘[REC]’ de Jaume Balagueró y Paco Plaza, con tres entregas y la cuarta a estrenar, y sobre todo, ‘Torrente’ de Santiago Segura de la que ahora se estrena la quinta parte con el subtítulo de ‘Operación Eurovegas’. El éxito que ha tenido la saga ‘Torrente’ es admirable, siendo completamente un producto original, ha conseguido que todas las entregas anteriores, a excepción de la segunda parte, hayan sido las películas españolas más vistas del año en el que se estrenaron consiguiendo cifras espectaculares. Cuesta explicar el motivo de tal fama, al margen de la debatible calidad de sus películas, parece que el carácter costumbrista que respira, con un personaje de aspecto desagradable y de carácter e ideales extremistas y chapado a la antigua que desgraciadamente no se aleja de lo que se puede ver todavía hoy en día, ha conseguido ganarse al espectador.

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Santiago Segura ha sabido adaptarse en cada filme a la época en la que estaba basado y ha incorporado en un segundo plano una crítica social a la situación que vivía el país.  En ‘Operación Eurovegas’ la historia sucede en 2018, Torrente sale de la cárcel después de varios años encerrado y la situación se ha degradado por completo. La gente quiere entrar en prisión, España está sumida en la pobreza tras salir de la Comunidad Europea, volver a la peseta y ver cómo Cataluña se independiza. Visto el desolador panorama, Torrente que (según él) siempre ha defendido a España, decide convertirse en un fuera de la ley y decide atracar el casino de Eurovegas con la ayuda de una panda de zoquetes. El análisis del país es más mordaz y más presente que en las anteriores entregas con una sociedad distópica, una sátira que lleva al extremo, en un futuro cercano plasmado con ironía apocalíptica, la rigurosa actualidad política y social. Más allá de la crítica, otro de los elementos característicos de la saga es el uso de las referencias cinematográficas, filmes como ‘Rocky’, ‘Evasión o victoria’ o ‘El guardaespaldas’ han sido parodiados como clips independientes o bien han formado parte de la trama de la propia película. En esta quinta parte, Segura ha querido hacer un homenaje a ‘La cuadrilla de los once’ protagonizada por Frank Sinatra en 1960 y no al remake ‘Ocean’s Eleven’,  como se encargan de corregir en la propia película.

‘Torrente 5’ revisa y corrige algunos de los grandes males de las horribles y ‘bochernosas’, (parafraseando a Cañita Brava) tercera y cuarta entrega. Películas más preocupadas en el festival de cameos y apariciones de la fauna televisiva, sin apenas gracia dadas las nulas dotes para la actuación, que en las propias tramas. En esta última entrega, sigue habiendo cameos de famosos de manera gratuita e irrelevante, pero en mucha menor cantidad, para dar a los diferentes personajes que aparecen (algunos sorprendentes) un mayor encaje dentro del desarrollo del argumento. Los momentos divertidos también aumentan y suben de nivel, un humor que combina las señas de identidad de la saga torrentiana (prostitutas, pajillas y mamadas) y unas situaciones y gags más elaborados. Todas estas modificaciones necesarias suben la bajísima calidad de las últimas entregas, pero no son suficientes para poder calificar a ‘Torrente 5’ como una buena película.

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Pese a su ritmo irregular, el filme se ayuda de la incorporación de nuevos personajes y el incremento de importancia de algunos ya presentes y habituales en las otras películas. La gran y sorprendente novedad es el fichaje de Alec Baldwin, que pese que en la película hace un papel serio, es un actor que ya ha demostrado sus dotes para la comedia en diferentes películas y sobre todo en la serie ‘Rockefeller Plaza (30 Rock)’ y que en el filme interpreta a John Marshall, el que fuera el supervisor de la seguridad del hotel-casino que quieren atracar. Santiago Segura siempre ha mostrado su fanatismo por los humoristas ya veteranos, como es el caso de Fernando Esteso y Andrés Pajares (éste último en una breve aparición), pero también de los cómicos actuales como son Julián López, que interpreta a Cuco, en sustitución de Gabino Diego que lo interpretó en ‘Torrente 2’ y de un irreconocible e hilarante Carlos Areces. Destacable también es la presencia de Jesulín de Ubrique, que hace lo que puede con un personaje tontorrón en la misma línea que Kiko Rivera en la cuarta parte. El resto cumple de diferente manera con sus papeles, algunos a modo de cliché como la chica atractiva (Anna Simón) y otros como el inigualable Cañita Brava que vuelve con su papel de Antoñito y su reiterada frase: “Torrente, me debes 6.000 pesetas de whisky”. El regreso de Chus Lampreave (Reme) y Neus Asensi (Amparito) y el homenaje a Tony LeBlanc, también suponen un plus para la película.

La última película de la más larga y exitosa saga del cine español supone una vuelta a los orígenes, con una historia más consistente y crítica con el país, siempre desde el punto de vista cómico tan particular de Santiago Segura y su José Luís Torrente. ‘Operación Eurovegas’ puede suponer un buen cierre para la saga, pero si el público responde como en las anteriores y consigue una buena recaudación en taquilla no sorprendería ver una sexta. A los seguidores del (ahora ex) policía alcoholizado, repulsivo y fan del Fary y socio del Atlético les gustará.

Sergio Montesinos


Rueda de prensa ‘Torrente 5: Operación Eurovegas’

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Con motivo del estreno de Torrente 5: Operación Eurovegas, ‘La voz en off’ pudo asistir a la rueda de prensa con la presencia de su director y protagonista, Santiago Segura. Estas fueron algunas de las preguntas que los diferentes medios le hicieron al actor.

torrente-5-imagen-2Foto: Labutaca.net

- En la película Julián López interpreta a Cuco, personaje que ya interpretó Gabino Diego en ‘Torrente 2’. ¿A qué se debe ese cambio?

Si los productores de James Bond cuando Sean Connery se cansó de hacer de James Bond hubieran dejado la saga me da que no mola. Yo por supuesto echo en falta a Gabino Diego hasta el momento que veo Julián López en pantalla, que entonces se me olvida Gabino Diego, pero tú eres libre de preferir a Roger Moore. Si el actor no está disponible se le sustituye rápidamente, rápidamente no, uno piensa qué actor hace igual de gracia o creo que puede encarnar este papel con convicción y hacer un Cuco 2.0, digo: “Julián López, me encanta, es un genio, le meto”. Yo soy muy continuista, el Dominguero cuando ponga otro que no sea Buenafuente, se le echará un poquito de menos, pero si Buenafuente me dice de repente que no puede hacerlo por cualquier razón y necesito al Dominguero para hacer alguna de sus acciones, pues en ‘Torrente 6’ cogería a otro Dominguero. Lo del cambio no ha sido porque Gabino Diego no me guste como actor, con Gabino Diego hemos tenido la desgracia los del cine que está teniendo una exitosísima carrera en el teatro y entonces no estaba disponible.

- En la película hablas de toda la actualidad española, ¿te ha quedado algo que te hubiera gustado hablar en la película y no has podido?   

Cada día me levanto, leo el periódico y digo: “¡Ay, a estos les habría dado también!” Pero entonces tendría que hacer la Revista Mongolia o el Jueves, como cuando lo escribí ha pasado un año y medio, anda que no se ha salvado gente, para ‘Torrente 6’ les pondré en su sitio.

- Viendo las cinco partes de Torrente, que es algo muy insólito en el cine español, nunca ha habido una saga tan grande, usted recupera el cine popular, con gente como Tony LeBlanc, Andrés Pajares, Fernando Esteso, que durante mucho tiempo ha estado denostado por la crítica y me gustaría saber su opinión sobre eso, sobre si hay que comenzar a recuperar ese cine cañí, muy español     , que hacían Ozores entre otros.

Primero agradecerle que se refiera a la saga como algo grande en vez de algo largo, aunque en algunas cosas es mejor que sea grande y largo. El cine popular creo que está muy bien, yo creo que está denostado por cuatro snobs. Mariano Ozores que está pidiendo a gritos que le den el Goya honorífico a toda su carrera, hizo 98 películas y creo que ninguna bajó del millón de espectadores, todos soñamos con esas audiencias o espectadores. Bien es cierto que era un cine muy precario, Ozores llegó a hacer 5 películas al año, de esas 98 películas, si coges los momentos cumbre humorísticos, sacas a lo mejor 8 comedias acojonantes ¿y qué director actual ha hecho una carrera con 8 comedias muy buenas? Sobre los actores, yo no he rescatado Tony LeBlanc, he tenido la suerte de poder contar con un ídolo que siempre lo he visto y me ha gustado, como a Fernando Esteso, lo veía desde niño en las Nocheviejas imitando a Alberto Cortez, Julio Iglesias y a Raphael, me parecía un genio. Pajares era el pregonero del pueblo, me hacía mucha gracia, todos son humor. Yo me aprovecho del talento, en la saga de Torrente he querido meter a todo lo que me ha hecho reír en mi faceta de espectador, por ejemplo, en ‘Torrente 2’ pude dirigir un ratito a José Luis López Vázquez y me encantó.

- Has recuperado a Chus Lampreave, Neus Asensi y toda la crítica social, ¿supongo que es una vuelta a la primera de Torrente, no?     

Creo que en todos los Torrentes ha habido crítica social, pero quizás esta es la más coyuntural, al irme al futuro, he querido introducir más referentes. La crítica en los demás Torrentes es más atemporal, creo que las películas en las que se pega mucho la realidad, envejecen peor, pero como he visto como estoy envejeciendo que más me da como envejezcan las películas.

- Te reúnes siempre para hacer tus películas de una fauna impresionante, me gustaría saber cuánto tienes de actor y cuánto de Félix Rodríguez de la Fuente.

Yo me considero un director-domador, hay algunos actores que hay que domesticarlos, no me refiero solo a Cañita Brava. Bromas aparte, lo difícil de este tipo de películas, en donde hay tanta gente de distinto pelaje, tener a Alec Baldwin, Jesulín de Ubrique y Carlos Areces y hacer que el tono sea uniforme es lo fastidioso, yo creo que ese es uno de los meritos: que nadie desentone.

LA VOZ EN OFF – Uno de los grandes fichajes de esta quinta película de la saga es el de Alec Baldwin. ¿Cómo le convenciste para que finalmente aceptara el papel?

Me gustaría decirte que soy muy convincente y que soy muy popular en Estados Unidos y que en cuanto se lo dijimos vino, pero fueron sus suegros realmente. Su mujer es de origen español y fueron ellos los que dijeron que había la posibilidad de que hiciera una película en España y le mandaron el guión y fue la mujer la que le dijo que si le gustaba el guión se venían para aquí y así veía a su familia. Yo siempre he dicho que las mujeres tienen una gran influencia. Si hay una cosa que no quieres hacer, más te vale que tampoco lo quieran hacer tu suegra ni tu mujer, porque sino la has cagado. Pero en este caso él también quería, me dijo: “Me ofrecen muchas películas asquerosas en Estados Unidos, esta es asquerosa, pero me hace gracia”. A Alec Baldwin le ha gustado el tema, dice que va aprender castellano.

- Estamos teniendo un 2014 fantástico para nuestro cine, las tres primeras creo que son ‘8 apellidos vascos’, ‘El niño’ y ‘La isla mínima’, ahora se estrena Torrente y dentro de poco ‘[REC 4]’. ¿Estás viendo un cambio del público en nuestras salas, estamos respetando más lo que nunca hemos respetado: nuestras propias películas?

Para mi es una alegría y un placer ver como la gente va a ver cine hecho aquí, me parece lo lógico de alguna forma, siempre he estado envidiando a Francia, porque allí de las 10 películas más taquilleras, 6 son francesas. También es cierto que su gobierno tiene mucho interés en la industria cultural, pero ellos se quieren mucho, son conocidos por su chominismo. Me parece cojonudo que la gente quiera a su cine y sobre todo si están bien. Creo que también es cíclico, hace tiempo parecía imposible que la gente viera una serie española antes que una norteamericana y entonces salió ‘Farmacia de guardia’ y ahora es al revés, cualquier serie española tiene más audiencia que ‘Juego de tronos’. Yo no entiendo estas cosas cíclicas, debería haber una convivencia, pero esta moda favorece nuestra industria y bienvenida sea, yo encantado de ver en el top 10 de este año hayan 5 o 6 películas españolas.

- El hecho de tener cada vez más medios a medida que ha avanzado la saga, ha hecho que sea muy diferente de cómo comenzó, a mi cada vez más me recuerda a ‘Mortadelo y Filemón’, ¿la diferencia entre el primer Torrente y el último ha sido una cuestión de medios?

No sé hasta qué punto es diferente, si coges ‘Torrente 3’ es muy diferente a las 2 y la 4 muy diferente a la 1 y la 5 es muy diferente a todas las demás. Los medios yo los utilizo para hacer lo que me apetece, son fases, ésta es más de aventuras. Según los testeos de Sony, está gustando más a las chicas, me debo estar haciendo mayor. Supongo que tiene que ver la percepción que tiene la gente de ti, he notado que las señoras por la calle me tienen más cariño. He preferido hacer una película que pueda gustar más a las chicas.

- La primera película es casi triste…

Triste no, es una película que había concebido como algo underground, de hecho la historia de los chinos, la puse para que fuera alguien, parecía ‘El ladrón de bicicletas’, yo quería hacer neorrealismo italiano, mezclado con ‘Mortadelo y Filemón’. Toda la primera parte de Torrente es un freak que va dando vueltas, no tiene ni trama. Torrente es un personaje que permite hacer el tipo de cine que me apetece, una parodia del género carcelario, la primera tipo neorrealismo, la segunda era más tipo James Bond, en esta me apetecía hacer ‘Torrente’s Eleven’ con un toque de ciencia-ficción.

- ¿Tenías intención de que esta fuera la menos escatológica de la saga o sale casualmente?

Sale casualmente, lo bueno de Torrente es que no es un producto que digas “tienes que hacer esto, porque es lo que te manda el público”. La verdad es que me siento muy libre, muy afortunado. En Estados Unidos hay un estudio al que tienes que responder. Un amigo mío que está trabajando en una película de Hollywood, me dijo que un director prestigioso, le ha dicho el estudio de re-rodar cosas, cambiando el final. Que tenga un comité que te diga que tienes que hacer para el cine tiene que ser un poco cansino.

- ¿Ya te sientes bien como director instalado en Torrente o te viene el gusanillo de querer salir del molde?

La verdad es que no, porque no creo que sea un molde. Imagínate que llego a los inversores y les digo que voy a hacer una película de atracos tipo ‘Ocean’s Eleven’ y que quiero 8,5 millones de €, me echarían a patadas. En cambio, el éxito de los Torrentes anteriores me permite a mí jugar con esto. Yo soy muy miedoso y el saber que voy a trabajar en un año y medio en un proyecto que no va a ver nadie Torrente de alguna forma tiene un público cautivo que sabe que se va a reír y sabe que intento cambiarlo. Torrente cada vez es diferente aunque sea lo mismo.

Torrente 5: Operación Eurovegas se estrena el 3 de octubre.

Sergio Montesinos 

 


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CRÍTICA: The game (1997)

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7 estrellas

Título original: ‘The game’. Año: 1997. Duración: 128 min. País: Estados Unidos. Director: David Fincher. Guión: John Broncato & Michael Ferris. Fotografía: Harris Savides. Música: Howard Shore. Reparto: Michael Douglas, Sean Penn, James Rebhorn, Deborah Kara Unger, Peter Donat, Carroll Baker. Productora: Polygram Filmed Entertainment Género: Thriller. Estreno (Estados Unidos): 12/09/1997. Estreno (España): 05/12/1997.

La filmografía de David Fincher, a parte de caracterizarse por la dirección tan particular del director estadunidense, también destaca por la solidez de sus guiones. ‘The game’ es, por la necesidad de su argumento, de las más cuidadas en ese apartado. En la película, Nicholas Van Orton es un arrogante multimillonario dedicado al mundo de las finanzas al que por su cumpleaños su hermano le regala una tarjeta de una compañía que se encarga de diseñar a medida el entretenimiento de cada cliente. Tras aceptar el regalo, Van Orton ve como van sucediendo diferentes acontecimientos cada vez más inesperados e inquietantes.

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‘The game’ juega (valga la redundancia) tanto con el propio protagonista como con el espectador. Las situaciones una vez ha comenzado el juego son impredecibles y sorprendentes y consiguen generar una tensión que aumenta paulatinamente, un componente que muy probablemente sea el elemento principal del cine de Fincher y que sabe manejar como pocos. Un ‘tour de force’ que deriva a la paranoia para Nicholas Van Orton, al que aún le persigue la imagen del suicidio de su padre y que pudo presenciar cuando era tan solo un niño, un suceso importante durante el juego (con la figura del payaso) y en el inicio y el final del filme. El protagonista ve como su vida calculada al milímetro, con su poderío financiero como principal seña de identidad, se va desmoronando y complicando hasta el límite de ver como su propia vida peligra. ¿Seguro que es tan solo un juego o hay algo más?

Contar con un despreciable multimillonario como eje central de esta historia le sirve a Fincher y sus guionistas a hacer una crítica de esta elevada clase social, personas que creen que el dinero lo es todo y que con él pueden dominarlo todo. “¿Qué se le regala a un hombre que lo tiene todo?”, pregunta Conrad, el hermano del protagonista. Probablemente ese regalo en forma de juego sin reglas sea lo que Nicholas Van Orton merece. Volviendo al guión, la película está hecha de manera que el espectador crea todos y cada uno de los acontecimientos, por tanto se puede decir que tiene un libreto muy tramposo con la finalidad de engañar, pero sobre todo manipular, constantemente al público. Las trampas y las mentiras en la historia en lugar de perjudicar a la película (como sucede en otros filmes) la benefician y evita que caiga en el ridículo para lograr un entretenimiento maléficamente divertido que su perseverante intriga atrapa hasta el final.

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David Fincher, que rodó ‘The game’ dos años después de Seven, volvía a utilizar esa atmósfera turbadora e inquietante de su anterior película con el añadido de la locura in crescendo del protagonista que deja para el final el punto más culminante, decepcionante, pero lógico si se tiene en cuenta el transcurso de la película y para el propio Van Orton. Este tipo de películas llenas de momentos inesperados tienen el hándicap de la pérdida de la sorpresa en posteriores visionados.

Michael Douglas es Nicholas Van Orton, el actor encaja con el perfil del personaje, que no difiere mucho con el Gordon Gekko que interpretó doblemente en ‘Wall Street’ y su secuela ambas rodadas por Oliver Stone. Un individuo con el que es muy difícil empatizar y muy fácil despreciarlo, Douglas pese a ser un intérprete de lo más irregular y con un gusto particular de escoger sus papeles, realiza aquí una notable actuación. Lo mismo se puede decir del resto del reparto con Sean Penn, con unas apariciones breves pero intensas y Deborah Kara Unger que interpreta a Christine, la camarera que en realidad no es tal, uno de los tantos personajes que están detrás de la compañía encargada del juego.

‘The game’ puede que no sea una de las mejores películas de Fincher, pero merece la pena ver por su originalidad que junto al suspense con altas dosis de surrealismo e incredibilidad hacen que, sin ser una gran película, sepa como entretener.

Sergio Montesinos


Tagged: David Fincher, Deborah Kara Unger, James Rebhorn, Michael Douglas, Sean Penn
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